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Harmonia Mundi "Ibèrica" HMI 987018
Monasterio de Santa María de la Cruz, Cubas de la Sagra
julio de de 1998
alia mvsica
01 - Salve a la Virgen de la Fuensanta [6:05]
ciclo ordinario · auroros de Murcia - coro
02 - Agnus Dei [3:19]
misa de la Asunción · tradición corsa - ms, cgh, cg
03 - Or ‘elion [6:35]
bocašá judeoespañola, Siria - ms, coro
04 - Padre nuestro [4:13]
ciclo ordinario · auroros de Murcia - coro
05 - Miserere [3:57]
salmo 50 · tradición castellano-leonesa - coro
06 - Correlativa [12:41]
ciclo de Pasión · auroros de Murcia - ai, ms, cgh, cg
07 - Yoduja ra‘yonai [6:23]
bocašá judeoespañola, Marruecos - ms, ai, coro
08 - Ave Maria [4:14]
ciclo ordinario · auroros de Murcia - coro
09 - Miserere [3:25]
salmo 50 · tradición sarda - ms, cgh, jc, cg
10 - Salve de Pasión · auroros de Murcia
[8:29]
ciclo de Pasión · auroros de Murcia - coro
Alia Mvsica
Miguel Sánchez
Angel Iznaola (ai)
Flavio Oliver (fo)
Jose Antonio Carril (jc)
Carlos Ghiringhelli (cgh)
Miguel Sánchez (ms)
Carlos García (cg)
Fuentes: Material documental
de los archivos sonoros del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, Estudios Sefardíes),
del CNRS ( Centre National de la Recherche Scientifique)
y de IICMSD (International Institute for Comparative Music Studies and
Documentation).
Encuestas de campo realizadas por Miguel Sanchez;
Material documental sonoro recopilado por Salvador Martinez.
Transcripción musical: Miguel Sánchez
Ingeniero de sonido: Pere Casulleras
VIGILIAS Y MÚSICA EN LA
TRADICIÓN MEDITERRÁNEA
A lo largo de la historia, en las horas que van desde la caída
de la tarde al amanecer, el hombre siempre ha mostrado una
disposición especial para el acercamiento a Dios y para
conseguir la más alta elevación de los sentimientos
religiosos a través de la oración y del canto. Tanto en
la tradición monástica como en la secular se han
aprovechado las horas del silencio nocturno para la meditación,
el recogimiento y el diálogo con el Todopoderoso.
En el Breviarium impreso en 1502 por orden del cardenal
Cisneros para uso de la capilla mozárabe en la catedral de
Toledo, en un intento de restaurar el canto litúrgico
hispánico suprimido a finales del siglo XI, se hace referencia a
la Aurora como primer oficio diurno del ordo peculiaris de los
monjes celebrado al amanecer y que comenzaba con la antífona Deus
in adiutorium. El mismo término aparece en el incipit de
varios himnos gregorianos para el oficio de laudes, que tiene
lugar al romper el día.
Por su parte la tradición secular mediterránea
todavía mantiene vivas diferentes formas de oración
cantada desde la caída de la tarde hasta el alba. Es el caso del
levante español, donde aún se conserva un repertorio
musical de contenido religioso en el seno de las Hermandades de
Auroros, agrupaciones formadas por hombres que bajo la
advocación de la Virgen de la Aurora entonan cantos
polifónicos desde la medianoche al amanecer. En el seno de las
hermandades de auroros murcianas se constituye la llamada campana
de auroros, conjunto de voces divididas en dos coros que cantan con
el único acompañamiento de una campanilla,
convirtiéndose en la expresión musical de unas
cofradías cuyos objetivos principales son la
manifestación de un profundo sentimiento religioso, los fines
asistenciales y de sufragio de almas y la difusión del rezo del
rosario, al tiempo que se recaudan fondos para la parroquia o convento
al que están adscritas. Es difícil establecer el origen
de los cantos polifónicos conservados por las hermandades de
auroros. Aunque se tienen datos de la existencia de estas
cofradías en los siglos XVI, y sobre todo XVII, es muy probable
que la música estuviera presente en ellas mucho antes de que se
constituyeran formalmente como tales corporaciones. La presencia de
notas pedal e intervalos paralelos de cuarta y quinta, denota un
posible origen bajomedieval, pero también es evidente la
incorporación de elementos posteriores como el uso de la
técnica del fabordón, y de elementos más
recientes en la construcción de diferentes tipos de cadencias.
El repertorio que han conservado estas cofradías hasta hoy,
transmitido oralmente a través de los siglos, es un canto
polifónico antifonal que incluye el uso de terceras paralelas
entre sus voces centrales, de octavas entre las voces extremas, y de
cuartas y quintas entre éstas y las centrales. Un caso especial
lo constituye la Correlativa, uno de los cantos más
antiguos de la tradición aurora murciana, ya desaparecido, que
se cantaba en la Semana Santa. La interpretación de una estrofa
de cinco versos da lugar a veintiocho frases musicales, en su mayor
parte construidas sobre una sola sílaba, con largos silencios
entre frases, acortados aquí por motivos obvios.
Los cantos de estos auroros se estructuran, por su contenido textual,
en cuatro ciclos: Ordinario, Pasión, Difuntos y Navidad, que
musicalmente quedan reducidos a tres al incluirse el de Difuntos dentro
del ciclo Ordinario. A través de los siglos, adaptando elementos
propios de cada época, se ha ido configurando un repertorio de
sobrecogedora belleza que constituye un caso excepcional entre los
pocos ejemplos de polifonía religiosa de carácter
tradicional que se conservan en España.
En esta grabación hemos querido hacer extensivo el
término Auroros, no solo a esas cofradías sino
también a otros grupos de hombres que en diferentes tradiciones
mediterráneas manifiestan musicalmente en las diferentes
vigilias sus sentimientos religiosos.
Entre los círculos cabalísticos sefardíes que se
originaron en la ciudad de Safed (alta Galilea) en la segunda mitad del
siglo XVI, se inicio la costumbre de levantarse los hombres en plena
noche para entonar cantos de alabanza a Dios y poemas de contenido
místico. Es el origen de las bacašot (peticiones,
súplicas), una práctica musical que se extendió
por la mayor parte de las comunidades judías y que
comenzó a declinar en el siglo XIX, manteniéndose viva
hasta hoy en la tradición judeoespañola de Siria y
Marruecos. Se incluye aquí un ejemplo de cada una de ellas. En
las vigilias matutinas de la tradición judeoespañola de
Siria se canta en forma responsorial el poema Or ‘elion,
cuyo desarrollo melódico tiene influencias del makam
(modo musical) rast. A la tradición marroquí
pertenece Yoduja ra‘yonai, un poema litúrgico
hebreo de Israel Najara (apr. 1550-1625) cantado también en
forma responsorial entre el solista y la congregación al
comienzo de la serie de bacašot del sábado en que se lee
la sección Bo, y siguiendo el esquema melódico
del modo arábigoandaluz hidjaz al-kabir.
A la caída de la tarde se cantaba en la tradición
castellano-leonesa el Miserere, dentro del Oficio de Tinieblas para
miércoles, jueves y viernes santo. Un grupo de hombres, en
ocasiones dividido en dos coros, entonaba el salmo mientras se apagaba
la última de las quince velas del lucernario. La melodía
tradicional adapta la fórmula salmódica del IV tono
gregoriano con algunas variantes y con un cambio en la cuerda de
recitación. Es sin duda una muestra de cómo la
tradición oral ha recreado a veces melodías gregorianas
incorporando variantes en un intento del pueblo de formular su propio
repertorio litúrgico.
Completan la grabación ejemplos de las tradiciones sarda y corsa
de innegable similitud musical con el repertorio auroro. Un Miserere
sardo en el que tras la formulación inicial se inicia la
polifonía a cuatro voces (bassu, contra, boghe y falzettu)
no estrictamente medida, y en la que se suceden intervalos paralelos de
quinta, cuarta y tercero entre las sucesivas voces desde la más
grave a la más aguda. Son características las largas
pausas entre algunos de los versículos del texto, similares a
las que se producían en la interpretación de la Correlativa.
El Agnus Dei de la tradición corsa, perteneciente a una
Misa a la Virgen para la fiesta de la Asunción, se estructura de
forma diferente al uso litúrgico habitual. Comienza por el Pax
domini, y tras el Miserere nobis cantado por el solista,
las tres voces de los cantores (bassu, segunda y terza) entonan
el Agnus Dei. Los cantores siguen una práctica de
polifonía profana, la paghiella, que aplican a la
interpretación del canto llano, con evidentes influencias de
técnicas medievales aplicadas a una rudimentaria armonía
clásica, tal como ocurre también en el desarrollo de
muchos de los cantos de los auroros levantinos.
En todos los casos queda patente la supervivencia de estratos y
prácticas musicales antiguas que se remontan a la Edad Media,
pero a las que se han sumado elementos más recientes y formas de
desarrollo melismático y de ornamentación propias de un
estilo caracterísico de la tradición musical
mediterránea. Todo ello para servir a unos contenidos religiosos
y litúrgicos permanentemente vivos en el sentimiento humano.
Miguel Sánchez