Atrium Musicae
Las Cantigas de Hita de ALFONSO X, el SABIO
Los instrumentos musicales en el «Libro de Buen Amor» del Arcipreste de Hita





medieval.org
Hispavox S 60.040 (LP)

1978
1996: Hispavox CDM 5 66057 2 (CD)









Cara A

1. [8:05]
«De como los clerigos e legos e flaires e monjas e dueñas e joglares,
salieron a reçebir a Don Amor
»
(Juan Ruiz, Arcipreste de Hita)
Recitado: Manuel Criado de Val
Adaptaciones musicales: Gregorio Paniagua

2. [13:20]
Cantiga de Santa Maria LXXXIII, «De Sopetrán»   CSM 83
(E.83, T. 83, To 14a)
Incipit texto: «Aos seus acomendados»
Virelai de 1er modo rítmico, Trocaico.


Cara B

1. [19:32]
Cantiga de Santa María CCCXVIII, «De Hita»  [19:42]   CSM 318
(E.318, To 84, Flo 48)
Incipit texto «Queen a Deus et a ssa Madre»
Virelai de 2º modo rítmico, Yámbico




ATRIVM MUSICAE
GREGORIO PANIAGUA

GREGORIO PANIAGUA
Viola gótica. Rabel. Rebab. Zanfona.
Laúd. Guitarra morisca. Vihuela.
Cromornos. Albogue. Añafil. Campanil
. Canto.

EDUARDO PANIAGUA
Axabeba. Flautas. Cromornos.
Caño entero. Dulcimer.
Derboukas. Helläs. Címbalos. Tnachen. Timbales. Tar.
Campanillas
. Canto.

CRISTINA ÚBEDA
Arpa gótica. Rota. Psalterio. Flautas.
Qaraqueb. Tar. Tarreñas. Cascabeles
. Canto

PABLO CANO
Órgano positivo. Clavicitherium-Exequier. Canto.

BEATRIZ AMO
Órgano portátil. Tympanum. Psalterio. Medio caño.
Sonajas. Cascabeles. Castañuelas. Caña. Tnachen
. Canto.

LUIS PANIAGUA
Viola tenor. Vihuela. Guitarra latina. Bandurria.
Baldosa. Tambura. Flautas. Cromornos. Añiafil.
Tamborete. Panderete. Tarriya. Tar. Tabla.
Címbalos. Cascabeles. Carraca
. Canto.

CARLOS PANIAGUA
Cromornos. Flautas. Gaita. Cornamusa.
Derbouka. Tamborete. Tar. Caña. Campanil
. Canto.


Efectos sonoros:
Claqueta. Látigos. Tablillas de San Lázaro.
Hierros. Llaves. Tejoletas. Bolas de marfil.
Juego de monedas. Cubo de cobre. Bisagras oxidadas.
Tinaja. Agua. Palillos chinos.





FUENTES:
Códice Escurialense E (Jb2) Princeps. S. XIII.
Códice Escurialense T (Tj1) S. XIII.
Códice Toledano To. Bibi. Nacional Madrid. Mss. 10069.
Música Arábigo Andaluza. S. XIII-XV. (tradición oral).
The Manuscript London, British Museum. Additional 29987. S. XIV-XV.
Chansonnier du Roi. Bibl. Nat. Paris frc 844. S. XIII.
Chansonnier R. Bibl. Nat. Paris fr 22543. S. XIII.
G. Machaut. Mss. A. Bibl. Nat. Paris, fr. 1584. S. XIII.
Wolfenbüttel Mss. 677. St. Andrews, Escocia, hacia 1230.
Llibre Vermell, Montserrat. S. XIV.

Transcripciones, instrumentaciones y glosados: Gregorio Paniagua


Portada: Viñeta de la Cantiga 83
Foto portada: José de Prado Herranz

GRABACION REALIZADA BAJO LOS AUSPICIOS DEL «PATRONATO ARCIPRESTE DE HITA»   

Una producción Hispavox dirigida por María Francisca Bonmati
Ingeniero de sonido: Angel Barco


℗ © HISPAVOX, S. A., 1978








LAS CANTIGAS DE HITA DE ALFONSO X, EL SABIO

En Hita y en su «tierra», que fueron centro de gran poderío militar durante la Reconquista, y más tarde base de la poderosa casa de los Mendoza, puede situarse uno de los pequeños pero representativos mundos de la Edad Media española. Mozárabes, castellanos, moros y judíos conviven en su recinto o luchan entre sí en la terrible hora de las guerras religiosas. Hita, villa mozárabe, alarga su vida a partir del siglo XVI en una lenta e irremediable agonía.

Desde 1961 se celebran en Hita los Festivales Medievales. La música ocupa en ellos un puesto preferente; música popular y música cortesana. Como sucede en el Libro de Buen Amor o en las Cantigas, en la tradición musical toledana se enlaza lo trovadoresco con lo arábigo-andaluz. Naturalmente, Alfonso X el Sabio y Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, son los dos grandes ejes, tanto literarios como musicales, de dos siglos que forman en su conjunto el momento de máximo esplendor histórico de Hita. No es por lo tanto extraño que ambos personajes aparezcan juntos en nuestra edición.


Los instrumentos medievales, según el Arcipreste de Hita

En el Libro de Buen Amor, del Arcipreste de Hita, está el máximo y más preciso registro de instrumentos medievales que se conoce, tanto de «arábigo» como de «latino». Sobre el extraordinario pasaje «De cómo clérigos e legos e flaires e monjas e dueñas e joglares salieron a reçebir a Don Amor» (estrofas 1.225-1.234) ejemplificamos los variadísimos instrumentos musicales que habrán de mantener y dar plenitud a la que llamamos música medieval de Hita, en la que su Arcipreste era indiscutible maestro.

Hemos intentado reproducir en el recitado la pronunciación medieval. En el siglo XIV, todavía no se había producido la gran revolución que transformó el sistema de las consonantes sibilantes en el castellano y retrasó el punto de articulación hasta llegar al actual sonido velar de la jota. No obstante, son muchas las vacilaciones no sólo en la erudición moderna, sino también de la propia lengua medieval a la hora de fijar con certeza esa pronunciación. La dudosa ortografía de los códices alterna muchas veces entre la indicación de consonantes sordas (ss-ç) o sonoras (s-z), entre africadas y fricativas, e incluso la indicación de la aspiración (h) presenta muchas dudas (harpa-arpa). Otro tanto sucede con las variantes morfológicas, que pueden perfectamente alternar formas diversas (resçebir-resçibir). Nuestro deseo es que la preocupación por reproducir una pronunciación, siempre hipotética, no perturbe la profunda belleza de los versos del Arcipreste.


Las «Cantigas de Hita», de Alfonso X el Sabio

Alfonso X el Sabio dedicó dos cantigas a la «tierra» de Hita: la 83, a la que llamaremos «Cantiga de Sopetrán», y la 318, a la que llamaremos «Cantiga de Hita». El gallego de las Cantigas no sólo presenta la dificultad, como en el caso del Buen Amor, de una grafía irregular y poco segura respecto a su pronunciación; sus numerosos castellanismos y su sintaxis, a menudo enteramente castellana, nos hace pensar en una lengua «literaria», usada por los trovadores o músicos castellanos del rey de Toledo sin demasiada preocupación por su pureza lingüística. En la traducción castellana hemos puesto más interés en respetar el sentido del arcaísmo lingüístico del texto que en imitar el ritmo de la versificación gallega.

Se conservan cuatro códices de las Cantigas: dos en la Blibioteca de San Lorenzo de El Escorial, uno en la Biblioteca Nacional de Madrid y otro en la Biblioteca Nazionale de Florencia. Las signaturas de los códices de El Escorial han sido modificadas en fecha reciente y se ha creado con ello una molesta confusión, debido a que no coinciden las ediciones modernas.

El códice llamado «de Toledo», hoy en la Biblioteca Nacional de Madrid, aún siendo copia tardía del siglo XIV, refleja la composición más antigua de las Cantigas. Lo componen las cien cantigas primitivas más otras 27 añadidas posteriormente. Designamos este códice con la inicial To.

De los códices conservados en El Escorial el más completo, y que sirve de «base» a la edición de Mettmann, es el que tiene hoy la signatura b-I-2 (Mettmann J-b-2). Lo designamos con la inicail E. El más artístico, debido a que contiene 210 páginas con viñetas es el T-I-1 (Mettmann, t-j-1). Designamos este códice con la inicial T.

El códice de Florencia (signatura II-1, 213) contiene, en su estado actual, 104 cantigas y presenta muestras evidentes de haber sido mutilado. Muchas de sus miniaturas están sin terminar. Designamos este códice con la inicial F.


La «Cantiga de Sopetrán» (83)

Es una muestra, esta cantiga, del esencial significado religioso y cultural que durante muchos siglos ha tenido el Monasterio de Sopetrán, hoy inconcebiblemente destrozado, y su hagiografía mozárabe, que es descrita con todo pormenor por la cantiga. Como un friso pasan por ella las romerías, sobresaltadas con la presencia de gafos (leprosos), endemoniados y enfermos variadísimos, que iban y aún siguen acudiendo a rezar, y algunos a bañarse en la fuente milagrosa de Sopetrán; tradición que todavía persiste con su mismo sentido popular, no sólo en la región alcarreña sino en lugares muy apartados, como Jarandilla y Almoharín, e incluso en amplias regiones americanas. El zejel, la localización del milagro de Sopetrán en Andalucía, la figura misma del cautivo en tierra de moros, confirman ese gran prestigio mozárabe del Monasterio alcarreño, que irradiaba hacia la España musulmana. Se sitúa Sopetrán en la primerísima línea de los cultos marianos preferidos por el Rey Sabio: junto a Rocamador, Montserrat, Salas o Castrojeriz. La presencia de estas cantigas al final del códice toledano, en el que por una extraña circunstancia figura con el número XIV, demuestra que se trata de una de las que formaron la primitiva serie, compuesta por cien composiciones referidas a los que podemos llamar milagros fundamentales. Con posterioridad se fueron incorporando otras nuevas cantigas, hasta llegar, entre los cuatro códices conservados, a 429, según la edición de W. Mettmann (I, XIX). Naturalmente, los temas de los «milagros» y «fiestas» van siendo cada vez más locales y anecdóticos en la ampliación. La música de esta cantiga 83 varía en el códice toledano respecto al códice «base» (E), ya que en el primero sigue un ritmo binario, que pasa a ser temario en el códice E. También la notación mensural es diferente en ambos códices. La interpretación musical de Atrium Musicae se atiene y utiliza ambos ritmos.

Figura esta cantiga 83 en el códice b-I-2 de San Lorenzo de El Escorial (E), en el T-I-1, también en El Escorial (T) y en el llamado códice de Toledo, hoy en la Biblioteca Nacinal de Madrid (To). En este último aparece como «cantiga XIV».


La «Cantiga de Hita» (318)

Esta cantiga está dedicada a una curiosísima «venganza» de Santa María, descrita en tono más popular y diríamos goliardesco, a estilo del Arcipreste, que la 83. Aparece la figura burlesca del clérigo ladrón y amancebado, al que con no demasiado espíritu caritativo perdona Nuestra Señora la vida, a costa de quedar ciego y con una enorme nariz, que casi le impide comer y beber. Así como la número 83 tiene una hermosísima viñeta en el códice (E) de El Escorial, que reproducimos en la portada, falta ilustración de la 318.

Figura esta cantiga 318 en el códice b-I-2 (E) de la Biblioteca de El Escorial (E) y en el de la Biblioteca Nacionale de Florencia (F). En este último códice figura la cantiga con el número 48.