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tf! - librocda201
2001
La lírica sagrada en los trovadores
Arreglos de Cesar Carazo Jalón y Luis Delgado Delgado
sobre las transcripciones que figuran en cada pista
1. Raimbaut de VAQUEIRAS.
Ara pot om conoisser e proar [4:09]
Música: Ismael Fernández de la Cuesta
2. Quand ai lo mon consirat [5:00]
Música: Ismael Fernández de la Cuesta | Texto: Robert Lafont
3 - [6:58]
GAVAUDÁN. Senhors, per los nostres peccatz
Peire CARDENAL. Vera vergena, María
Música: Arcadio Larrea Palacín | Texto. Robert Lafont
4. TEOBALDO I DE NAVARRA.
De grant travail [4:19]
Música: Higinio Anglés y Aurelio Sagaseta
5. Peire CARDENAL.
Un sirventes novel vueill comensar [4:12]
Música: Ismael Fernández de la Cuesta | Texto: Robert Lafont
6. MARCABRÚ.
Pax in nomine domini [5:13]
Música: Ismael Fernández de la Cuesta | Texto: Robert Lafont
7 - [7:09]
Guiraut de RIQUIER. Humils, forfaitz, repres e penedens
Música: Ismael Fernández de la Cuesta
CSM 60. Entre av'e Eva
Música: Higinio Anglés
8. Lanfranc CIGALA.
Gloriosa Santa María [7:24]
Música: Arcadio Larrea Palacín | Texto. Robert Lafont
9. Congaudeat turba [3:27]
Luis Lozano Virumbrales
10. Guihelm de PEITIEU.
Pos de chantar [8:18]
Música: Ismael Fernández de la Cuesta | Texto: Robert Lafont
Grabado durante los meses de enero y febrero del año 2001
en el Museo de Instrumentos Musicales de Luis Delgado, en Urueña,
y en el Monasterio de la Santa Espina.
Técnico de sonido: Luis Delgado.
Master realizado por Hugo Westerdhal en los Estudios Axis de Madrid.
Quarteto medieval
de Urueña
Luis Delgado
César Carazo
Jaime Muñoz
David Mayoral
Los Trovadores
A comienzos del siglo XII aparece, en el Mediodía
francés, un movimiento lírico que ensalza el amor y las
emociones personales, en contraste con los relatos épicos que
hasta entonces abundaban en los medios cortesanos europeos.
El nombre "trobador" aparece en Castilla, por primera vez, ochenta
años después que la voz "juglar", en un manuscrito del
Monasterio de Aguilar de Campóo, donde un testigo de un juicio
firma como "Gómez Trobador", en el año 1197.
La lírica trovadoresca nos ha dejado un legado de 2.542 poemas
firmados por 250 autores. La nueva corriente se extendió no
sólo por toda la zona en la que la lengua provenzal era
hegemónica, sino que encontró seguidores entre los
Troveros del norte de Francia y los Minnesinger de Alemania.
Por el carácter viajero que el oficio de músico suele
tener, los trovadores visitaron, por propia voluntad o por solicitud de
los nobles, distintas cortes desde Italia hasta Castilla, con lo que la
influencia fue recíproca y a la par que llevaban su nueva
visión poética, aprendían las nuevas formas que se
generaban en otros lugares, como era el caso de la Península
Ibérica musulmana.
Esta nueva corriente creativa presentó una opción
intelectual y culta frente a la rígida estructura feudal y
principalmente castrense que existía en la mayor parte de las
cortes europeas. La nobleza con intereses culturales aceptó y
requirió la presencia de estos trovadores en sus cortes, con el
objeto de adornar y enriquecer las celebraciones y fiestas palaciegas.
Procedencia social de los trovadores
Estudiosos y recopiladores de diferentes épocas han logrado
perfilar este origen social, afirmando la procedencia cortesana de la
mayoría de éstos. Como Lanfranc Cigala que era juez,
según figura en su biografía: "gentils home e savis
fo. E fo jutges e cavalliers, mas vida de juge menava", es decir,
que fue hombre gentil y sabio, pero llevaba vida de juez.
Muchos de estos trovadores gozaban de una educación que
cubría el aprendizaje de las siete artes liberales que conforman
el Trivium (gramática, retórica y dialéctica) y el
Quatrivium (geometría, aritmética, astronomía y
música).
Hay que destacar que si bien la educación civil distaba mucho de
la calidad de la formación religiosa, no eran pocos los
cortesanos que poseían una biblioteca básica con libros
de historia, derecho y religión.
Hombres cultos y refinados en su mayoría, los trovadores asumen
el significado literal de su nombre (trovar, hallar, crear...)
para componer y ensalzar el amor humano y divino en sus versos.
Diferencias entre la figura del trovador y la del juglar
Los trovadores más acaudalados contaban con músico
propio, el juglar. Ponían sus versos en las voces de estos
intérpretes, que eran la única vía de
publicación en aquella época. Estos acudían a los
acontecimientos públicos, como las bodas, las ceremonias
cortesanas, los nacimientos señalados, los funerales, ferias,
romerías, etc., y allí daban a conocer las últimas
composiciones de sus señores, o las aprendidas de otros
compañeros. También se presentaban en cortes conocidas
por su afición a la música, y para ello llevaban
credenciales de otros señores o de los propios trovadores.
Aunque a veces ambos realizaban labores similares, sus campos siempre
estuvieron delimitados. Así nos lo señala Menéndez
Pidal:
"El sentido de ambas voces era bien diverso desde su origen. Como el
juglar, aunque muchas veces fuese poeta, se ganaba la vida con el canto
de versos ajenos o con las inferiores habilidades de saltimbanqui, fue
un tipo siempre menos noble que el trovador y supeditado a éste,
si bien era tenido por de más antiguo origen. Por el contrario,
el trovador, aunque cantase en público a veces, no lo
hacía por oficio, y aunque muchas veces fuese pobre, era siempre
el poeta de las clases más cultas. Muchos caballeros y de la
más alta posición social buscaban en el ejercicio de la
poesía y de la música la plenitud de sus cualidades
caballerescas, y no estaba muy lejos de la verdad Don Quijote al
afirmar que 'todos los más cavalleros andantes de la edad
passada eran grandes trovadores'".
Probablemente de la confusión que creaba el compartir estas
labores, vendría la inquietud que llevó a Guiraut de
Riquier a pedir apoyo a Alfonso X.
Pero puestos a citar, es de un enorme interés el texto de
Guiraut de Calansón en el que regaña al juglar Fadet por
su falta de conocimientos y le indica que debería de saber "trobar,
caerse con gracia, hablar bien, entablar discusiones poéticas,
tocar el tambor y las tarreñas y hacer sonar la zanfona... tocar
la cítola, la bandola, el monocordio de una sola cuerda y la
cidra". Además, tal y como anota Manuel Alvar, le recomienda
que aprenda a componer una melodía, que temple la rota de
dieciocho cuerdas, que sepa tocar el arpa y templar debidamente la
gaita para obtener sonidos puros, tocar el psalterión de diez
cuerdas, la lira, el tímpano de cascabeles, etc.
Como vemos, el oficio de juglar no tenía nada de sencillo.
Una vez acabada la temporada estival, con la llegada del frío y
el final de las fiestas y de las batallas, éste se marchaba
junto a su trovador, para preparar la siguiente temporada con nuevos
textos y canciones. De aquí viene la familiaridad con la que se
tratan mutuamente, dando lugar a textos como el precedente.
Las fuentes, los contenidos y las formas
Durante los siglos XIV y XV se recogen antologías que versan
sobre el trabajo de los trovadores. En algunas de ellas, además
de figurar las composiciones líricas propiamente dichas, se
reseñan notas biográficas y detalles de las motivaciones
poéticas que originan los textos. Estas notas son conocidas como
"Vidas" y "Razós" respectivamente.
Estas recopilaciones o cancioneros son fuentes únicas a las que
referirnos para conocer los textos y las figuras de estos autores
medievales.
Con respecto a las formas utilizadas, la más frecuente fue la de
la cansó, que no solamente descubre en su contenido el llamado fin
amors o amor cortés, sino que también desarrolla
formas poéticas propias.
El gran avance creativo de estos textos es la especial atención
que prestan al arte amatorio en sí. Algunos autores han afirmado
que los trovadores son los inventores del amor en Occidente, tal y como
lo conocemos en la actualidad. También se le da a la figura de
la amada un valor distinto al simple objeto del deseo. Para muchos
trovadores, la señora, por lo general casada con otro caballero,
es el único objeto que da razón a sus vidas, y así
lo manifiestan en sus canciones llamándolas "senhor" en
masculino, para acentuar su vasallaje amoroso.
Otra forma utilizada con frecuencia es la del sirventés
(serventesio), que desarrolla una temática moral y
satírica. Dentro del serventesio a veces se incluye la Cansó
de Cruzada, que con este tema se desarrolla en dos vertientes: la
primera, épica, animando a los nobles a unirse a la gesta en
Oriente, o también a la Reconquista Hispana, que formaba parte
de la cruzada para muchos, y la otra creando una lista de composiciones
en las que el poeta se duele de la separación de su amada, que
la guerra le obliga a mantener, y del temor de no regresar a su lado.
Por último, hay que citar el planh (planto o llanto),
que con una estructura narrativa predefinida, lanza un canto
fúnebre por el fallecimiento de un noble, un amigo, o incluso de
la propia amada.
Si además de las formas, nos detenemos brevemente en los
estilos, hay que citar los dos principales apartados que suponen el "Trobar
Leu", que desarrolla una técnica sencilla y directa,
comprensible en una primera escucha, y el "Trobar Clus", que
utiliza un lenguaje más complejo, rebuscado y hermético,
que en ocasiones requiere de una determinada preparación
intelectual para su comprensión.
Pero todas estas clasificaciones y apartados no deben llevarnos a la
conclusión de hallarnos ante unas composiciones parejas y
uniformes entre los distintos autores, puesto que casi todos ellos
mantienen un estilo personal y unas características que les
hacen singulares.
Los instrumentos
Si, a juzgar por el listado que cita Guiraut de Calansón, eran
muy numerosos los instrumentos que se utilizaban en la
interpretación de esta música, también hay otros
muchos que aparecen en la iconografía de la época. Parece
lógico pensar que, dependiendo de la ocasión, esta
música fuese acompañada por un solo intérprete o
por agrupaciones que combinasen distintos instrumentos para dar una
mayor riqueza tímbrica. No sería igual la
actuación de un juglar ante una pequeña reunión
convocada por un noble, que la que se llevase a cabo en alguna de las
grandes celebraciones del rey Alfonso X. Es por ello que hemos reunido
una serie de instrumentos que mantienen las formas y afinaciones de la
época. Algunos de ellos están aún en la
tradición popular de distintos países, y otros se han
conservado en la iconografía medieval, siendo necesaria su
realización por constructores especializados.
La grabación
El presente trabajo ha escogido uno de los temas menos frecuentes en
los cancioneros provenzales: la Lírica Sagrada.
No son muchos los trovadores que dedicaron sus textos a ello, pero los
que lo hicieron nos dejaron unos textos enormemente emotivos, y unas
bellísimas melodías. Encontramos plegarias y oraciones,
pero no faltan abiertos diálogos con Dios, a veces en un tono
directo e incisivo que raya en la irreverencia, y que plantean
profundos dilemas teológicos.
También hemos recogido aquí canciones de aquellos
trovadores que tuvieron algo que ver con las Cortes Hispanas. A veces
fueron residentes en las mismas, o participaron como guerreros en las
batallas contra los musulmanes.
En cada canción transcribimos el texto original y la
traducción de aquellas "Vidas" de las que se dispone. En algunos
casos, y debido a su extensión, no hemos grabado la totalidad de
la letra, pero sí la incluimos en los textos impresos.
Toda la información que aquí se contiene está
basada en las publicaciones de varios autores citados en la
bibliografía final, pero hemos de mencionar de forma expresa a
Martín de Riquer, sin cuyo trabajo jamás habríamos
disfrutado de estas auténticas joyas de la lírica
medieval.
Luis Delgado y César Carazo
En Urueña, año 2001
1. ARA POT OM CONOISSER E PROAR
Ahora se puede conocer y probar
Raimbaut de Vaqueiras, que escribe aproximadamente entre 1180 y 1205
Hemos comenzado con una versión instrumental de un tema
compuesto por uno de los trovadores más notables. Rimbaut era de
origen humilde, y de su mano surgió también la conocida
estampida Kalenda Maia.
Cesar Carazo: Violas de brazo
Jaime Muñoz: Caramillo
Luis Delgado: Laúd, cítola y cántaras de Oaxaca
David Mayoral: Tar
2. QUAND AI LO MON CONSIRAT
Si se considera bien este mundo
Se trata de un texto anónimo que reflexiona sobre la
relación del hombre con Dios.
César Carazo: Canto y violas de brazo
Jaime Muñoz: Cálamo
Luis Delgado: Zanfona, darbuka y órgano portativo
David Mayoral: Tar
3. SENHORS, PER LOS NOSTRES PECCATZ
Señores, por nuestros pecados
Gavaudán, que escribe aproximadamente entre 1195 y 1211
Al no conservarse la música de esta canción, se ha hecho
necesaria la realización de "contrafacta", es decir, la
utilización de otra música sobre el texto conocido. Para
compensar el denodado ataque que Gavaudán hace aquí
contra los musulmanes, y el canto a la intolerancia que el texto
expone, nos hemos tomado la libertad de adaptar la melodía del
movimiento Qáim wa Nisf, de la núba andalusí Al
lsbihán. La música andalusí llega a nosotros desde
sus orígenes, que se remontan a las cortes hispano-musulmanas
del siglo IX, a través de la tradición oral del
Mágreb. Nombres como Ziryáb o Ibn Báya aparecen
como los creadores y codificadores de esta música centenaria.
Cesar Carazo: Canto y viola de brazo
Jaime Muñoz: Kaval
Luis Delgado: Laúd oriental y daff
VERA VERGENA, MARIA
Verdadera Virgen, María
Peire Cardenal, que escribe aproximadamente entre 1205 y 1272
Al no contar con la melodía original, y siguiendo el uso de la
música andalusí, hemos unido dos temas de una misma
núba. Tras el Qáim Wa Nisf hemos pasado a un movimiento
más rápido, y de los más hermosos de la
música hispano-musulmana, el B'tahi.
El texto es una preciosa alabanza a la Virgen María firmado por
Peire Cardenal, trovador muy honrado por Jaime I el Conquistador, y del
que más adelante daremos su Vida.
César Carazo: Canto y viola de brazo
Jaime Muñoz: Kaval
Luis Delgado: Laúd oriental, laúd andalusí,
daff, tar y darbuka
4. DE GRANT TRAVAIL
De grandes trabajos
Teobaldo I Rey de Navarra y IV de Champagne (1201-1253)
Este rey músico, que nació en Troyes y murió en
Pamplona, en cuya catedral descansan sus restos, estuvo a punto de
casar a su hija, doña Blanca de Navarra, con Alfonso X "El
Sabio". De haber sido así, se habrían unido por lazos
familiares y culturales dos importantes reinos europeos. El legado
lírico del Rey de Navarra alcanza los 541 textos, de los que
solamente conocemos 410 melodías.
Hemos hecho una versión instrumental de este "De Grant Travail",
un serventesio religioso.
César Carazo: Violas de brazo
Jaime Muñoz: Kaval
Luis Delgado: Bendhires y panderas
5. UN SIRVENTÉS NOVEL VUEILL COMENSAR
Un serventesio nuevo quiero comenzar
Peire Cardenal que escribe aproximadamente entre 1205 y 1272.
Se conserva una fiel documentación de este trovador del Velay.
Nos llega firmada por el "maistre Miguel de la Tor, escriban" que era
copista de cancioneros, y que muy probablemente conoció a
Cardenal en persona. El texto que hemos escogido es un sirventés
airado, en el que reprocha al Altísimo, sin ningún
recato, su falta de justicia al poner al hombre en la tierra, para
luego exigirle sacrificios en pos de la Vida Eterna. Cardenal amenaza a
Dios con enfrentarse a Él en el Juicio final y sorprender a la
Corte celestial con su reclamación.
César Carazo: Canto y viola de brazo
Jaime Muñoz: Cálamo y caramillo
Luis Delgado: Zanfona, órgano portativo y campanil
David Mayoral: Darbuka y daff
6. PAX IN NOMINE DOMINI
Paz en nombre del Señor
Marcabrú, que escribe aproximadamente entre 1130 y 1149
Este prolífico autor, que nos dejo 42 canciones, fue protegido
por el hijo del primer trovador conocido, Guillermo VIII de Poitiers y
IX de Aquitania, y posteriormente acogido en la corte de Alfonso VII de
Castilla y León. Ejerció también de juglar, y
probablemente fue un hombre de origen humilde, ya que su nombre no
figura en los documentos de la época, y los redactores de sus
Vidas las construyen a partir de los propios datos que se desprenden de
sus escritos.
Quizás debido a este origen humilde, Marcabrú utiliza con
frecuencia un lenguaje rudo, agrio y descarnado para referirse a la
sociedad que le rodea. Nadie ni nada escapa a la implacable pluma del
trovador que tilda a la sociedad de corrupta, señalando que el
llamado amor cortesano es un simple eufemismo para practicar libremente
el adulterio. Juez implacable, destierra de sus textos cualquier
modismo refinado, para expresarse en un crudo lenguaje que desnuda los
pecados de la nobleza. Por sus escritos desfilan como acusados los
nobles, los cobardes que escapan de la llamada a la batalla, los
trovadores corruptos, y sus amigos se cuentan solo entre la soldadesca
y los guerreros. No es de extrañar, pues, que sus mejores
palabras se refieran a las Cruzadas. Para esta gesta emplea un tono
moralizador y profundamente religioso, aunque se lamente del vicio y la
cobardía que abunda entre los propios cruzados. Considera la
Reconquista española como parte de la misma Cruzada de Oriente,
e invite a los jóvenes a unirse a lo que el llama el Baño
Espiritual, para encontrar la salvación.
Marcabrú ejerce una enorme influencia entre los trovadores
posteriores, e incluso entre sus contemporáneos.
De el se conservan dos "Vidas".
Cesar Carazo: Canto
Jaime Muñoz: Coro y axabeba
Luis Delgado: Coro y tromba marina
David Mayoral: Coro
7. UMILS, FORFAITZ, REPRES E PENEDENS
Humillado, culpable, acusado y arrepentido
Guiraut de Riquier, que escribe aproximadamente entre 1254 y 1292
La obra de este trovador, con 101 canciones conservadas, es la
más extensa, después de la de Cerverí de Girona.
Al final de su vida, tras haber servido en la Corte de Alfonso X, se
duele de haber vivido en una época de decadencia para el arte de
los trovadores.
Su inquietud por este asunto se revela en el texto con el que
comenzábamos estas líneas, pues él fue el que se
dirigió al Rey Sabio para pedirle una aclaración sobre
obligaciones y privilegios de trovadores y juglares.
Hemos hecho una adaptación instrumental de una de sus canciones
sacras, en la que pide perdón a la Virgen por sus pecados.
Luis Delgado: Laúd, buzuk arbí, suissen y campanil
David Mayoral: Zarb
ENTRE AV'E EVA
Entre Ave y Eva
Alfonso X El sabio (1221-1284)
Las Cantigas de Santa María, de Alfonso X el Sabio, valor
único en la cultura de su época, nos han permitido
conocer más detalles de la vida medieval que ningún otro
documento contemporáneo.
En ellas hallamos melodías muy similares a algunas de las
escritas por los trovadores occitanos. Fueron varios de ellos los que
tuvieron relación con su corte: Aymerich de Belenoi, Nat de
Pons, Calco, Riquier, lunel, etc., y durante el reinado del Rey Sabio,
la escuela galaico-portuguesa por él promovida, compitió
en muchos aspectos con la provenzal.
De las 427 cantigas que conforman los códices, 42 son de loor,
es decir, que en lugar de relatar milagros, simplemente alaban la
figura de la Virgen. Hemos hecho una versión instrumental de una
de estas cantigas, donde se compara la figura de Eva, la primera mujer,
con la figura de Maria.
César Carazo: Viola de brazo y coro
Jaime Muñoz: Gayda y coro
Luis Delgado: Zanfona, buzuk arbí, coro y herrajes
David Mayoral: Doholl, darbuka, coro y daff
8. GLORIOSA SANTA MARIA
Lanfranc Cigala, que escribe entre 1235 y 1257
Se conservan 32 poesías de este trovador genovés que en
el año 1248 realizó un viaje a Ceuta por cuestiones
mercantiles. Este detalle nos ha servido de argumento para, haciendo
una nueva contrafacta, musicar su "Gloriosa Santa María", de la
que no se conserva la melodía original, con la del Inshad de la
núba Al Isbihán.
Se trata de un texto en el que el poeta se duele de haber escrito sobre
el amor mundano, en lugar de hacerlo sobre el amor a María.
César Carazo: Canto
Jaime Muñoz: Axabeba
Luis Delgado: Tromba marina
9. CONGAUDEAT TURBA
Alégrese la multitud
Se trata de un "Benedicamus" procedente del Monasterio de Obarenes, en
la provincia de Burgos. Sobre la monodia, que Luis Lozano
transcribió del manuscrito del siglo XIII, hemos realizado unas
variaciones instrumentales.
César Carazo: Violas de brazo
Jaime Muñoz: Axabeba y cálamo
Luis Delgado: Laúdes y órgano portativo
David Mayoral: Doira y riqq
10. POS DE CHANTAR
Pues de cantar
Guilhem de Peitieu, 1071-1126
Hemos dejado para el final al más antiguo trovador conocido.
Solamente conservamos once canciones de su autoría, pero es
considerado como uno de los más influyentes en la lírica
provenzal.
Debido a su noble alcurnia, disponemos de muchos datos
históricos y anecdóticos, recogidos por los cronistas
contemporáneos.
Las tierras de Guillermo VII conde de Aquitania y IX duque de Poitiers
eran más extensas que las del propio rey de Francia, a pesar de
ser vasallo de éste.
Viajó en varias ocasiones a Oriente Medio, donde estuvo a punto
de caer prisionero, y también visitó España. Su
vida estuvo marcada por las batallas con sus vecinos y por escandalosas
relaciones amorosas. Conquistador en la batalla y en la alcoba, llevaba
en el escudo la efigie de una de sus amantes, la vizcondesa de
Chatellerault, afirmando que quería tener a su lado en la guerra
a aquélla a la que tenía a su lado en el lecho.
Se casó dos veces y tanto sus esposas como su hija,
escandalizadas por el comportamiento libertino del caballero trovador,
ingresaron en un convento. Guilhem amenazó con fundar una
abadía de meretrices, cuya abadesa sería la más
hermosa entre ellas.
En 1114 sufrió un proceso de excomunión. En la ceremonia,
celebrada por el propio obispo Pedro en la catedral de Poitiers,
Guilhem, desnudando su espada, amenazó a éste de muerte.
El Prelado le desafió a ejecutar la amenaza, y Guilhem
bajó el arma, alegando que, con el odio que le profesaba no
sería su mano la que le facilitase la entrada al Cielo. El
asunto fue a mayores y Girard, legado pontificio y obispo de Angulema,
le llamó al arrepentimiento con una nueva amenaza de
excomunión. En esta ocasión el trovador contestó
"Antes de que yo repudie a la vizcondesa, peinarás en la frente
tus cabellos". Hay que anotar que el legado Girard era calvo.
"Enemigo de todo pudor y santidad", "vehemente amador de mujeres" o
"fatuo lúbrico que se revuelca en el fango", fueron algunas de
las palabras que le dedicaron sus contemporáneos. Sin embargo,
'su gracia personal le granjeó las simpatías en sociedad,
pues, según Malmesbury, "dotaba a sus chistes de una falsa
elegancia que hacía que todos los presentes se rieran a
mandíbula batiente".
En una batalla local, Guilhem recibió una herida en una pierna
cuya convalecencia estuvo a punto de costarle la vida. Se cree que en
esta circunstancia escribió la canción de doloroso y
sincero arrepentimiento con la que cerramos el disco.
César Carazo: Canto y viola de brazo
Jaime Muñoz: Axabeba
Luis Delgado: Tromba marina