II. El Islam musical. Datos histórico-místicos
Ritual Sufí-andalusí
/ Omar Metioui · Mohamed Mehdi Temsamani
La religión islámica se expandió al Oeste hasta la zona de África que da al océano Atlántico y al Este hasta Indonesia,
trayendo con ella una red de comunicación y de intercambios
culturales. Las ramificaciones de esta red de extensión
geográfica excepcional se caracterizaron por su complejidad
tanto en la diversidad formal como en la irregularidad de su
antigüedad. Así notamos que el grado de islamización
es distinto de una zona a otra y goza de las características
culturales propias de cada región.
El Islam tiene esta gran
facultad de unir pueblos diferentes e inculcar en ellos el afán
de intercambio cultural y el sentimiento de pertenecer a la misma
comunidad. Las repercusiones en el ámbito musical son más
obvias respecto a los demás aspectos culturales y
artísticos. La música tiene esta facultad de "unidad en la diversidad".
La investigación comparativa en el mundo islámico nos
revela una suma de características que atestiguan una unidad
supranacional, que se ha desarrollado gracias a la unidad espiritual y
lingüística.
Fuera de las peculiaridades relativas a las modalidades de ejecuciones
vocales e instrumentales, podemos establecer un mapa musical del mundo
islámico que contiene un lenguaje musical común. Sus
estructuras internas proceden de la tradición, del gusto, y de
las inflexiones dialectales y fonéticas propias al genio de cada
grupo social.
Un verdadero impulso fue dado a la música gracias a los
viejos sistemas de corporaciones artesanales, y específicamente
en el seno de la corriente mística: "El Tasawwuf" (sufismo) cuyo origen remonta al primer siglo de la hégira (s. VII), con los primeros ascetas (zuhhád).
El misticismo engendró una tradición poética y
musical muy rica, tanto en la élite como en la plebe. No
acertó a rehabilitar solamente la música, sino que con el
apoyo de eminentes teólogos como al-Gazálí
(1058-1111) sirvió a fines espirituales, es decir, a su uso como
medio de orar y llevar al alma hacia la verdad suprema. A partir del
siglo XII y, particularmente, en el siglo XV el movimiento "sufí"
ha conocido una gran expansión. Las cofradías urbanas y
rurales desempeñaron un papel preponderante, a partir de sus
centros llamados "Ribát/Janqa/Zawya", en las sociedades tradicionales del mundo islámico.
Las cofradías en el mundo islámico son muy numerosas. No
se consideran como sectas, a pesar de los momentos turbulentos que han
conocido a través del tiempo. Se distinguen por su rígida
organización dentro del marco de la ortodoxia mística,
por ciertos rasgos de enseñanza, y por su predilección
por un santo o un maestro particular. Las cofradías obtienen su
legitimidad por herencia de la descendencia del profeta Muhammad.
Los maestros gozan de una gran piedad y un gran saber que adquieren
tradicionalmente en sus viajes y contactos con los sabios de los
países musulmanes.
El repertorio del canto de cada cofradía es inherente a su
época de nacimiento. El canto formaba parte integrante de la
enseñanza presentada a los discípulos. Tradicionalmente,
la mayoría de las "Zawyas"
(sede de las cofradías) se presentaban como un centro de
expansión del arte de hacer música. Y sus repertorios se
han convertido en normas que servían de criterio para evaluar a
los músicos profesionales, cuya educación empezaba en el "Kuttab" (escuela coránica) y se desarrollaba en la "Zawya".
Las cofradías tienen el mérito de haber perpetuado y
fomentado la música tradicional con pocos medios. La voz
constituía un elemento básico y algunas utilizaban
instrumentos de percusión y de viento, mientras otras toleraban
todo tipo de instrumentos. Se apreciaban los servicios de estos
grupos en fiestas profanas: bautizo, casamiento, circuncisión y "jatma" (fin de los estudios de una paree del Corán); sin embargo, se interpretaba esta música sobre todo, en las fiestas religiosas: nacimiento del Profeta (Mawlid al-Nabawí), el ayuno (Ramadan), la peregrinación (Háyy), etc.
En los países del Magreb el Islam se caracteriza, a partir del siglo XV, ora por la adopción, casi total, de la doctrina ortodoxa "Malequita", ora por la expansión de un misticismo popular, primero en la zona rural y luego en las ciudades de África del Norte bajo la forma de cofradías religiosas, cuya reputación se imponía en todos los paises.
Este movimiento tomó cuerpo en el norte de Marruecos
después de las intervenciones de los españoles y los
portugueses. Muchos santos, e incluso santas, incitaban a los
autóctonos a defender su fe y su libertad amenazadas por los
intrusos. Así se nota que históricamente las
cofradías con sus diferentes ramas desempeñaban un papel
de suma importancia, hasta en lo político, bajo la
dirección de un ermitaño (marabuto) quien poseía dones celestiales (baraka).
Estos santos se hallan en todas partesy tienen una vocación
religiosa, terapéutica, artística e incluso de hospedaje
para peregrinos forasteros.
No hace falta insistir en el papel político de las
cofradías, que con un gran fervor religioso desprendieron una
lucha feroz contra el colonizador extranjero. También se puede
considerar la "Zawya"
como una arma de doble filo, en el sentido de que su rol social era
ambivalente, a la vez saludable y nefasto, pues algunas instituciones
usaban la charlatanería, aprovechando la necedad de su clientela.
Las cofradías dieron un empuje sin precedente a la música Magrebí. El repertorio tiene los mismos modos "tubú‘", las mismas fórmulas melodico-rítmicas, y a veces el mismo texto que el repertorio de las Núbas, en su estructura inicial. Sus poemas lírico-místicos tenían doble acepción; de una parte glorificaban a Dios y a su Profeta, y aun al patrono de la cofradía, y por otra parte, evocaban un amor profano. Algunos poemas panegíricos como "al-mímiyya" de al-‘Imádi (m. 1574), "al-Hamziyya" y "al-Burda" del célebre místico al-Busayrí (1212-1296), e incluso los poemas de Ibn al-Fárid (1181-1235) y de al-Shushtarí
son cantados, hoy en día, en ciertos círculos apasionados
por el Samá‘. Estas joyas de arte siguen relumbrando en el
cielo del mundo islámico gracias al mantenimiento vivo y
enérgico de las cofradías.
Notas sobre las cofradías en el Magreb
En lo que atañe a la corriente mística hacemos notar, otra vez, que los países del Magreb yespecíficamente Marruecos representan de manera sintética las relaciones de la civilización arábigo-musulmana.
En efecto, el movimiento religioso inaugurado por los Almorávides
sobre bases ortodoxas se encuentra ligado al misticismo. Es la primera
vez que una autoridad oficial pacta con los místicos. El
misticismo oriental y el de Al-Andalus se unen para consolidar tal simbiosis. Presentamos como ejemplo a Abú Madyan que nació en Sevilla, vivió en Fez y fue enterrado en Tlemsen (1197). Era el patrono de los "Madaniyya" y uno de sus discípulos inició al famoso Ibn ‘Arabí al misticismo. La influencia gnóstica de este último contagió a diversas cofradías del Magreb. Huelga decir que la obra poética de al-Shushtarí sigue cantándose con frecuencia en las ceremonias de Samá‘.
Abd al-Salám Ben Mshísh (m. 1226) ha perpetuado la tradición mística de Junayd (Bagdad, m. 910).
La taríqa (vía) Shádililyya (Shádilí, Túnez, 1196/Egipto 1256), fundada por sus discípulos es una de las más célebres.
Este método fue difundido por varios maestros como Ibn ‘Atá' Allah de Alejandría (m. 1309) y Abú ‘Abbás de Murcia (m. 1287). Estas cofradías madres van a conocer la reforma Yazúlí (1465) y otra reforma en el siglo XIX de Qadiriyya y de Shádiliyya, dando lugar al nacimiento de Tiyániyya y también de Drqáwiyya, subgrupos de Yazúliyya a la que pertenecen dos subramas: Zawya Kttániyya y Harráqiyya (intérpretes del presente C.D.).
En la actualidad, a pesar de la hostilidad personificada por los
reformistas letrados, la importancia de las cofradías en el
Magreb sigue siendo importante. Sin embargo, su vigencia está
ligada a una reforma de fondo, tanto religioso, moral como intelectual.
Recientemente, han surgido veleidades de cambio en este sentido.
El Repertorio
"El misticismo islámico evoluriona en la música, el canto y la danza"
Mawláná (1207-1275)
El Islam musical es un elemento de síntesis y de unificación en las tendencias de las formas de oración, de modalidad, de homofonía, de ornamentación y de la estandarización instrumental,
entre otros elementos, de las diversas culturas musicales. El
patrimonio sagrado exponente de la pura tradición dio al arte arábigo-musulmán
una nueva dinámica. La historia nos habla de eminentes
personalidades, tanto en la teoría poética como en la
práctica. En este movimiento extraordinario, los modos musicales
servirán de medio de concentración y de
realización espiritual. Gracias a estas formas, la estructura
específica de sus intervalos gravitan alrededor de un polo fijo.
Y la puesta en evidencia de la expresión vocal no deja de
ejercer sobre el creyente (intérprete y oyente) una
acción psicológica eficaz que le atrae a un universo de
meditación y concentración, que eventualmente aumenta su
efecto con la danza, hasta alcanzar estados de éxtasis.
En la práctica, las formas de esta música se encuentran
entremezcladas con el repertorio profano, como el canto de
circunstancias y de costumbres de carácter ritual y ceremonial,
cuya temática típica se enriquece con la
formulación de votos, la invocación de Dios, del profeta Muhammad y sus Santos.
A pesar de esto la música islámica contiene dos
aspectos: el primero es específicamente religioso y comprende
dos formas esenciales como al-Adán (llamamiento del almuédano) y el Tartíl o Tawyíd (lectura salmodiada del Corán). El segundo es, ante todo, de inspiración místico-religiosa y con estructuras formales muy variadas:
a / Las formas específicamente religiosas (sobre todo vocales):
1 / al-Adán: es una tradición de la época del Profeta. Es, por una parte, una afirmación de la "Shaháda" (testimonio o confesión de la fe) y por otra parte, una invitación a la plegaria (salát). Estos dos postulados, con el ayuno (Siyám), la limosna legal (Zakát) y el peregrinaje (Háyy), constituyen los cinco pilares del Islam.
al-Adán comprende siete modos y algunos se repiten:
Alláhu akbar, Alláhu akbar | Alláh es grande | 2 a 4 veces |
Ashhadu an lá iláha illa l-Láh | Atestiguo la unicidad de Alláh | 2 veces |
Ashhadu anna Muhamadann saúlu l-Láh | Atestiguo que Muhammad es el profeta de Alláh | 2 veces |
Hayyá ‘alá s-salát |
Venid a la oración | 2 veces |
Hayyá ‘alá s-faláh | Venid a la salvación | 2 veces |
Alláhu akbar, Alláhu akbar | Alláh es grande | 1 o 2 veces |
Lá iláha illa l-Láh | Alláh es único | 1 vez |
Mahmoud Guettat
Musicólogo y Director del Instituto Superior de Música de Túnez