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Pneuma «Colección Histórica
(Judeo-Sefardí)» PN-540
marzo-mayo de 2003
Madrid
01 - Oración de Januká
[2:37]
02 - Dedicación del Templo
[2:40]
Salmo 30 de David · Salónica
03 - Meditaré en la Torá
[3:35]
instrumental
Abraham ibn EZRA
04 - Ky eshmerá shabat [3:59]
05 - La conversión del
judío [3:38]
melodía de las Cantigas de Santa María ·
instrumental
Shemuel Hanaguid ibn NAGRELLA
06 - Mimi tejilá 'asá
[2:50]
'Dios al comienzo'
07 - Shabat sagrado [3:03]
judería otomana · instrumental
Shemuel Hanaguid ibn NAGRELLA
08 - Esh ahabim [3:38]
'Fuego de pasión'
09 - Descansad en shabat [2:29]
melodía yemení · instrumental
Shemuel Hanaguid ibn NAGRELLA.
10 - Asher lo yam [10:46]
'Tuyos son los mares'
Moshé ibn EZRA
11 - Al ma'atzabí [4:50]
'Mi corazón se queja'
Shemuel Hanaguid ibn NAGRELLA
12 - El Neerátz [5:33]
'Oh Dios terrible'
Moshé ibn EZRA
13 - Ketanot pasim [3:34]
'Túnica de rayas'
Música Antigua · Sefarad
Eduardo Paniagua
Jorge Rozemblum · canto 1, recitado, coro y cítola
Cesar Carazo · canto 2, coro y fídula
Eduardo Paniagua · coro, qanún, flautas,
cálamo, fhal, darbugas, tambor con tensores, tar, sistro, gong y
palmas
Wafir Sheik · laúd, suisen, setar y palmas
David Mayoral · pandero, dumbek, darbuga, daf y riq
Selección de poemas, melodías e instrumentación:
Eduado Paniagua
Adaptación de textos hebreos y pronunciación: Jorge
Rozemblum.
SEFARAD EN AL-ANDALUS
A partir del año 711 España entró en el seno de
“Dar al-Islam” (La Casa del Islam), y los judíos y
cristianos (arrianos y católicos), se integraron en el nuevo
estado musulmán. Los judíos españoles se
reencontraron con sus hermanos de Oriente y África del Norte a
través del dominio socio-cultural y económico
musulmán. En el año 863 el emir cordobés Muhammad
I establece el estatuto de la fraternidad de musulmanes, judíos
y cristianos (mozárabes), “gentes del Libro”. A la
sombra de la Media Luna los judíos lograron un renacimiento de
su cultura, del idioma hebreo y de sus costumbres, alcanzando una edad
dorada de su poesía y ciencia. A partir del reinado de
Abderrahmán III (912-961) y hasta el siglo XII, personalidades
judías pertenecieron a la élite cortesana: visires,
consejeros, médicos, astrónomos, filósofos y
poetas, encumbraron su cultura haciendo renacer el hebreo como lengua
literaria. A comienzos del siglo XI, con la caída del califato
cordobés y el florecimiento de los reinos de taifas, la cultura
hispano-judía alcanzó su mayor esplendor, destacando las
comunidades asentadas en Granada y Zaragoza. La irrupción de los
musulmanes africanos almorávides (1090-1147) y almohades
(1147-1232), no sólo retrasó el avance de la reconquista
de castellanos y aragoneses, sino que rompió el clima de
tolerancia y convivencia de las “gentes del Libro” forzando
a la conversión al Islam o al exilio de judíos y
mozárabes. Con los almohades, los sabios filósofos y
científicos, tanto musulmanes como judíos, fueron
censurados y sus libros quemados. Es el caso de Ibn Rushd-Averroes
(1126-1198) y de Maimónides (1135-1204), este último
obligado a buscar refugio en Egipto. Otros judíos se instalaron
bajo la protección de los reyes cristianos iniciando la fase
histórica de Sefarad en los Reinos cristianos, o su permanencia
en la Granada nazarí (1232-1492).
RENACIMIENTO DE LA
CULTURA HEBREA
Desde la destrucción del Templo, los rabinos judíos
prohibieron las exhibiciones de alegría que no se
circunscribieran al ámbito litúrgico, entre ellas la
música. Además de las músicas profanas,
quedó proscrito en las sinagogas todo instrumento que no fuera
el shofar, el cuerno de carnero, cuyo significado extra-musical
simboliza la Alianza entre Dios y su pueblo. Su sonido, terrible a los
oídos de los creyentes, favorece la atmósfera de
penitencia que exigen festividades como Rosh Hashaná (inicio del
año judío), Yom Kipúr (día del
arrepentimiento) o, en el caso de los ritos de los judíos
sefardíes y yemenitas, los servicios matinales del mes que
precede al final de año.
En el siglo IX de la era cristiana, la escuela de Tiberíades
(Palestina) de la mesoráh culminó la creación de
un sistema completo y coherente de símbolos para la lectura
entonada de los textos bíblicos (ta’améi
mikráh o cantilena), aunque la interpretación de los
mismos signos varía en gran medida entre las distintas
comunidades judías de la Diáspora.
Además de la Torah y la legislación religiosa contenida
en la Mishná y el Talmúd, la literatura mística
del Hejalot y la poesía de las oraciones de la liturgia
sinagogal son las muestras de las manifestaciones literarias de la
antigüedad judía.
MORADA DEL
CORAZÓN
Pese a las prohibiciones, el ambiente permisivo y hedonista de los
gobernantes musulmanes en la Península Ibérica, donde
había a su llegada una comunidad judía relativamente
importante, favoreció el cruce cultural.
En el siglo X en al-Andalus, y especialmente en la ciudad de
Córdoba, es donde se produce un renacimiento de los
judíos a la ciencia y a las humanidades. Córdoba,
rivalizando con Bagdad, se convirtió en “la casa de
las ciencias”(dar al-ulúm) con fama en toda Europa. Los
judíos de al-Andalus tuvieron acceso a este saber y por primera
vez escribieron sobre ciencia, gramática y filosofía.
Comenzaron a escribir poesía sin finalidad religiosa, por la
belleza de la expresión lingüística dedicada a la
naturaleza, a los placeres y al entretenimiento de los sentimientos.
Jasdáy ben Saprut (h.910-970), médico de la corte, fue
considerado príncipe (nasí) de las comunidades
judías, dedicándose especialmente a elevar su nivel
cultural. Invitó a Córdoba a los primeros poetas
conocidos y pioneros en los estudios gramaticales en hebreo,
Dunásh ben Labrat (Fez-Córdoba) y Menajem ben Saruq
(Tortosa-Córdoba).
El hebreo había dejado de hablarse en el siglo II, sobreviviendo
en la literatura y como segunda lengua interna en las familias. En
al-Andalus y en esta época se dio el importante fenómeno
de la recuperación del hebreo bíblico ampliando su
vocabulario con neologismos semánticos del árabe para la
poesía, utilizando el árabe para la prosa.
Dunásh ben Labrat, gracias a su conocimiento de la poesía
árabe, introdujo en la nueva poesía hebrea, no sin ser
por ello duramente criticado, el metro cuantitativo y la estructura de
la casida árabe y la moaxaja andalusí, con nuevos
contenidos religiosos e incluyendo además temas y contenidos
profanos.
Durante los efímeros reinos de taifas de gran tolerancia
religiosa, el talento de los judíos produjo la denominada
“Edad de Oro” de la cultura hispano-hebrea.
Shemuel ibn Nagrella (993-1055), nacido en Córdoba, sin
abandonar los temas científicos, ni la legislación y la
filología hebrea, destacó en los campos político y
literario, siendo visir del rey Badis de Granada. Su colección
de poemas recoge todo tipo de géneros que se cultivaban en la
poesía árabe además de las obras sobre sus
victorias como jefe del ejército.
Con Shelomó ibn Gabirol (Málaga h.1020-h.1057) la
poesía religiosa alcanza las más elevadas cotas de
lirismo. Ishaq ibn Gayat (Lucena 1038-1089) destacó en la
literatura rabínica y sinagogal. Su discípulo
Moshé ibn Ezra (Granada h.1055-h.1135) fue poeta y
crítico en la Granada de ibn Nagrella. Invitó a su amigo
poeta Yehudá ha-Leví (Tudela h.1070-1141) y de esta
época es su “Libro del collar (Séfer
ha-Anaq)” en el que trasladó hábilmente a la lengua
hebrea la técnica y temas de la poesía árabe. A
causa de la invasión de los almorávides en 1090 se
exilió, escribiendo en árabe la obra
filosófica “Arriate de aromas” traducida al hebreo
como “Arugat ha-bósem” y su preceptiva
poética “Libro de la disertación y el
recuerdo”. Su poesía religiosa y secular consiguió
la perfección formal según los cánones de la
época.
Abraham ibn Ezra (Tudela 1089-Calahorra1164) cultivó todos los
géneros poéticos introduciendo por vez primera el reflejo
de la vida cotidiana. Gramático, filósofo,
astrónomo, matemático y poeta, viajó por varios
reinos europeos difundiendo la cultura judeo-andalusí y
escribiendo numerosos tratados sobre la sabiduría que dominaba.
Otros poetas y filósofos de esta época de los taifas son:
Yosef ibn Saddiq (Córdoba, m. 1149), Bajya ibn Paquda
(Zaragoza) y Abraham bar Jiya (Barcelona, m.1136). En el periodo
almohade vivieron el éxodo hacia los reinos cristianos o hacia
Oriente : Abraham ibn Daúd, establecido en Toledo y el
cordobés “Maimónides” Moshé ben
Maimón (1138-1204) errante por al-Andalus, Marruecos y Egipto.
También la música se ve influenciada por los nuevos
poemas profanos, aunque de inspiración generalmente religiosa
(piyutím), que nacen de la pluma de estos grandes de la
poesía judeo-andalusí. A pesar de que no han llegado a
nosotros las melodías utilizadas en esos tiempos (siglos X-XII),
sabemos por la literatura de la época que entonces era
práctica común la contrafacta, es decir, la
utilización de una melodía popular de fuente ajena
(musulmana o cristiana) como base para cantar textos en hebreo. La
influencia externa llega incluso a la adopción de formas
musicales como la suite de poemas árabes de la núba,
transformada en las bakashót que los judíos
sefardíes aún entonan de madrugada en fiestas
señaladas.
Hemos utilizado emotivas melodías de la tradición
andalusí-magrebí, tanto del ámbito de las
cofradías sufíes, como de la música
aristocrática de las núbas de tradición
marroquí y garnati de Argelia. No hemos rechazado algunas
melodías del repertorio “mudejar” de las cantigas de
Alfonso X el Sabio, que tal vez pudieron ser a su vez contafactas de
canciones anteriores en el tiempo.
TRANSLITERACIÓN DEL HEBREO AL ESPAÑOL
Las fuentes referidas a la música judeo-española medieval
y en general a textos hebreos suelen tener unas transliteraciones
cercanas a la lengua inglesa. De esa manera, han trascendido al
español de manera errónea términos de
difícil pronunciación. Para facilitar la lectura y
pronunciación correctas a los no iniciados en la lengua hebrea,
hemos preferido utilizar unas transliteraciones más cercanas al
español, viéndonos obligados a incluir un mínimo
de signos y combinaciones ortográficas ausentes de nuestro
idioma.
Jorge Luis Rozemblum Sloin y Eduardo Paniagua