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Pneuma «Colección al-Andalus · Sufí» PN-750
2005
Una idea y producción de Eduardo Paniagua
Sonido: Hugo Westerdhal, Axis, Madrid
01 - El amanecer de la oración · The Dawn of
Prayer [4:23] Maqám Raml al Máya
02 - Fuerza de la fe · Strength of Faith [3:06]
Maqám Raml al Máya
03 - Peregrinos a la Meca · Pilgrims to Mecca
[3:24]
04 - Almuédano interior · Interior muezzin
[6:27] Modo Hiyáz
05 - El viaje de la fe · The Journey of Faith
[4:13] Maqám Hiyáz
06 - La oración del ciego · The Prayer of the
Blind Man [4:22] Maqám Raml al Máya
07 - La comunidad de orantes · The Community of
Worshippers [7:43]
08 - La ciudad hacia el oeste · The City to the West
[2:51] Maqám magrebí
09 - Jardín del paraíso · The Garden
of Paradise [3:23] Maqám Raml al Máya
10 - Almuédano místico · Mystic Muezzin
[5:09]
11 - Noche de meditación · Night of Meditation
[3:13]
12 - Plegaria de la Giralda · Prayer to the Giralda
[2:58] Modo andalusí
13 - Amanecer en Sevilla · Dawn in Seville
[4:22] Maqám Rasd
14 - Arpa de al-Andalus · Al-Andalus Harp [4:58]
Maqám Hiyáz
15 - Esplendor de los Taifas · Splendour of the
Taifas [3:06] Maqám Hiyáz magrebí
16 - Oración almohade · Almohad Prayer
[2:55] Maqám Síka · Raml al Máya ·
Hiyáz
17 - Plegaria de las estrellas · Prayer of the Stars
[4:03] Maqám Hiyáz
Almuédano
Al adhán, la
llamada a la oración islámica
1. El amanecer de
la oración
Medina · Homenaje a Bilal, primer almuédano
Amanecer, desierto, grillos, oasis, hoguera
Carácter tranquilo, íntimo, con somnolencia
El Arabi Serghini · Maqám
Raml al-Máya
2. Fuerza de la fe
El Cairo · Junto al mar Rojo y el Mediterráneo
La mañana, mar fuerte · Sonido del mar de Canyamel en
Mallorca
Energía de la fuerza de la llamada a expandir la fe
Carácter suplicante y emotivo
Azzedine al Badri · Maqám
Raml al-Máya
3. Peregrinos a la
Meca
Meca · Canto de peregrinos de fondo a la llamada a la
oración de hermosa melodía
Hassan Ajyar. ·
Cofradía Shushtarí de Omar Metioui
Añafil: David Mayoral y Eduardo Paniagua
4. Almuédano
interior
Montaña · Meditación y oración sobre modo
Hiyáz
Qanún: Eduardo Paniagua
5. El viaje de la fe
Desde un barco junto al Puerto · Nostalgia del hogar · El
viaje de la fe y la oración
Gaviotas y mar de Canyamel en Mallorca
El Arabi Serghini · Maqám
Hiyáz
6. La
oración del ciego
Ciegos de Alepo el 2 de junio de 2004 al mediodía,
ambiente urbano en el patio de la mezquita Zaqariya Omeya de Alepo
Maestros de la medersa · Dúa al Profeta con final
de la Fátiha
Sonido del ambiente urbano de Esauira en el año 2003, Marruecos
Azzedine al Badri · Maqám
Raml al-Máya
7. La comunidad de
orantes
Al-adhán coral y Dúa comunitario, grabados
(con autorización)
el 1 de junio de 2004 en la sala de los cantores bajo el alminar de la
mezquita Omeya de Damasco
Almuecín de Oriente · Maqám mohazin de la
mezquita Omeya
Muhamad Zugir (jefe de la
oración) y varios cantores
8. La ciudad hacia
el oeste
Tánger-Algeciras · Ambiente urbano a la puesta del sol
Sonido de la calle de Alepo en 2004
El Arabi Serghini · Maqám
magrebí
9. Jardín
del paraíso
Medina Zahara · Vergel andalusí en mezquita del palacio
Pájaros y arroyos al mediodía
Azzedine al Badri · Maqám
Raml al-Máya
10. Almuédano
místico
Meditación en la noche
Qanún: Eduardo Paniagua
11. Noche de
meditación
Córdoba. Hermosa y serena oración nocturna
Homenaje al almuédano Berraq
Mohammed Berraq
12. Plegaria de la
Giralda
Sevilla · Lágrimas por la Giralda almohade sobre una
tormenta con truenos
Homenaje a Ahmad ibn Básso, alarife de la Giralda, y
al rey Alfonso X el Sabio, que prohibió su demolición.
Said Belcadi · Modo
andalusí
13. Amanecer en
Sevilla
Canto adormecido, confiado, sereno
Canto de mirlos al alba en Aravaca, Madrid
Mohammed El Arabi Serghini
· Maqám Rasd
14. Arpa de
al-Andalus
Toledo. Solo sobre maqám Hiyáz
Qanún: Eduardo Paniagua
15. Esplendor de
los Taifas
Zaragoza. Temor y peligro de la pérdida de la ciudad
Azzedine al Badri · Maqam
Hiyáz magrebí
16. Oración
almohade
Almería · Intensa oración de corazón puro.
El Arabi Serghini ·
Maqám Síka·Raml al-Máya·Hiyáz
17. Plegaria de las
estrellas
Murcia · Recogida noche estrellada, esperanza de luz
Sonido de grillos en Tánger
Azzedine al Badri ·
Maqám Hiyáz
الأَذَان
الله اكبر الله اكبر
اشهد ان لا اله الا الله
اشهد ان محمدا رسول الله
حي على الصلاة
حي على الفلاح
(الصلاة خير من النوم)
الله اكبر الله اكبر
لا اله الا الله
Al-adhán, la llamada a la oración
Dios es más grande
Doy testimonio de que no hay divinidad sino Dios
Doy testimonio de que Muhammad es el Enviado de Dios
Venid la oración
Acudid a la bienaventuranza
Dios es más grande
No hay divinidad sino Dios.
El texto de esta llamada a la oración se basa en la
confesión de la fe (shaháda) que constituye el
pilar fundamental de los cinco preceptos del Islam. Desde lo alto del
alminar o minarete de la mezquita esta llamada a la oración se
realiza cinco veces según las cinco preceptivas oraciones de
cada día: la primera comienza antes de que salga el sol (fajr),
la segunda cuando el sol está en su zenit (dhuhr), la
tercera entre el zenit y el ocaso del sol, cuando la sombra dobla el
tamaño del objeto (ásr), la cuarta a la hora de la
puesta del sol (maghrib), y la quinta se realiza con la
aparición de las primeras estrellas, entre una y dos horas
después de la anterior (’ishá’).
Este CD recoge algunas de las múltiples formas de la llamada a
la oración musulmana. Sobre un único texto, la
melodía obedece en cada caso a una de las diversas escalas
musicales (maqám) y a la expresividad emocional del
cantor, el almuédano.
Hemos imaginado un itinerario desde los orígenes de la
práctica de la llamada a la oración, introduciendo el
canto en diferentes ambientes sonoros ligados a las mezquitas. Desde
una hoguera en la noche del desierto de Oriente, pasando por las
ciudades junto al mar, por las grandes capitales de la cultura
musulmana y por las mezquitas rodeadas de los jardines de los palacios
de al-Andalus.
Este trabajo quiere ser un reconocimiento a todos los seres humanos que
rezan y en especial a los almuédanos que con su canto invitan a
rezar. También es un homenaje a la Giralda de Sevilla.
El alminar,
arquitectura para la llamada a la oración
La costumbre de hacer la llamada a la oración de viva voz (adhán)
por boca del muecín o almuédano indujo la necesidad de la
creación del alminar, la torre de la mezquita.
Durante años se hizo la llamada desde el tejado de la mezquita,
en contraste con el sistema de llamada cristiano oriental que
consistía en golpear un madero, o el de los judíos, que
para ciertas ceremonias utilizaban el sonido del shofar o
cuerno de carnero.
E
l primer alminar se construyó en Basora en el año 665.
Inicialmente al alminar se construyó de planta cuadrada con un
segundo cuerpo cilíndrico. En el siglo IX se edificaron en
Samarra y El Cairo de planta helicoidal con la escalera al exterior.
Posteriormente aparecen tipos de mezquita con dos alminares
simétricos respecto su pórtico, que en el tiempo de los
mogoles y otomanos pasaron a ser cuatro, o seis en raras excepciones.
Las mezquitas del Magreb y de al-Andalus generalmente se
construían con un solo alminar, aislado, esbelto, de planta
cuadrada.
La Gran Mezquita de Sevilla fue comenzada en 1172 por el almohade
Abú Yaqúb Yúsuf I. Su alminar, la famosa torre de
la Giralda, hoy símbolo de la ciudad, fue comenzado a edificar
en 1184 por el arquitecto Ahmad ibn Básso "príncipe de
los alarifes" y terminada en 1198 bajo la dirección de
Alí al-Gomarí. Está edificada con piedra y
ladrillo y cuenta con una rampa interior en lugar de la escalera. Con
sus esbeltos paneles de arcos entrecruzados en sus cuatro diferentes
fachadas y con las cuatro bolas doradas de su coronación, obra
del metalista siciliano Abú-l-Layt, causó estupor por el
alarde constructivo de su altura. Hoy día tiene un remate
arquitectónico renacentista al ser transformada en campanario de
la catedral.
Eduardo Paniagua
La llamada
pública a la plegaria ritual
El Corán prescribe al fiel: “No ahueques la voz cuando
reces, ni tampoco reduzcas tu soplo, sino permanece en el justo medio,
entre ambos”.
«Aún me parece oír la voz serena de René
Guénon citando la frase en árabe. Estábamos en
el Cairo y se trataba de la llamada a la plegaria ritual. El grito
había salido demasiado vibrante desde el minarete, demasiado
patético para que pudiera durar. En efecto, pronto el sonido
decayó hasta convertirse en una serie de gorgoritos convulsos. Guénon
me mencionaba las mezquitas en las que había escuchado las
invocaciones más firmes. “No ahueques la voz” se
refiere a las repudiables falsas embriagueces de una pretendida
exaltación mística; pero igualmente rechazables son los
“murmullos”, es decir, esos desmayos que vuelven al
individuo sobre sí mismo, exponiéndole a las
complacencias de los estados del alma egoica.
“No se trata, -repetía Guénon-, de ser
persuasivo, pero
tampoco pretendidamente fascinador, sino
simplemente de decir LO QUE ES”. Decir “lo que Es”,
sin mezclar en ello la voluntad ni la habilidad personales, sin
intromisión de cuerpo extraño alguno».
Najm ad-Dîn Bammate (1922-1985)
Responsable del proyecto de la UNESCO “Oriente-Occidente”
El adhán, la llamada pública a la plegaria ritual
o salát, es, como la misma plegaria, un rito, es decir,
una prescripción operativa de origen no humano, inspirada por
Dios. Según la Tradición, dos de los Compañeros
del Profeta Muhammad soñaron al mismo tiempo la formula del adhán
y la forma en la que tenía que ser llevado a cabo, siendo
Bilál, un antiguo esclavo negro liberado, el Compañero
elegido por el Enviado del Cielo para desempeñar por vez primera
la nueva función de anunciador del momento de la plegaria.
Dice Rumí en su Mathnawí (libro I, poema 1985):
“El Espíritu es perfección y su llamada es
perfección.
El Elegido (Muhammad) solía decir:
“¡Consuélanos, Bilál!”
¡Oh Bilál, eleva tu voz melodiosa
desde ese aliento que insuflé en tu corazón,
desde ese aliento por el cual Adán quedó mudo de asombro
y las inteligencias de los habitantes del Cielo
quedaron reducidas a nada!”.
El momento en el que el almuédano (en árabe: mu’adhdhin)
eleva su voz para proclamar la Unidad de Dios y llamar a los fieles a
la plegaria es, según la Tradición, un momento bendito en
el que las puertas del Cielo se abren, y en el que la Misericordia
Divina no deja sin respuesta las súplicas que Le son dirigidas.
El lugar de la mezquita desde el que cinco veces al día se lleva
a cabo el adhán, es el “minarete” o
“alminar”, en árabe manára (lit. “lugar
desde el que se ilumina”, “torre de señales”)
o mi’dhana (lit. “lugar desde el que se hace el adhán”),
siendo obligatoria la llamada sólo en las mezquitas en las que
se realiza la plegaria ritual en congregación.
A lo largo y ancho del mundo islámico, la variedad
estilística en el adhán depende del
“espíritu” de la escuela jurídica de cada
lugar. En Marruecos o Argelia, por ejemplo, se suele realizar de forma
sobria, casi monótona, conforme al temperamento de la escuela malikí,
que es la mayoritaria en esos países. En el Oriente Medio, donde
son otras escuelas, como la hanafí, las que prevalecen, se
utilizan estilos más “floreados” y brillantes,
musicalmente hablando.
Tradicionalmente, se considera que existen tres formas de efectuar el adhán,
denominadas respectivamente “llamada en quince frases”,
“llamada en diecinueve frases” y “llamada en trece
frases”, siendo la primera forma la más habitual,
consistiendo en las siguientes fórmulas:
Dios es más grande (4 veces)
Doy testimonio de que no hay divinidad sino Dios (2 veces)
Doy testimonio de que Muhammad es el Enviado de Dios (2 veces)
Acudid a la plegaria (2 veces).
Acudid a la Dicha (2 veces)
Dios es más grande (2 veces)
No hay divinidad sino Dios
En la plegaria del alba, tras la invitación “acudid a
la dicha” se añade “la plegaria es mejor que
el sueño” (2 veces).
Tradicionalmente, el almuédano, que no debe cobrar ningún
salario por el desempeño de su función, en el momento de
llamar a los fieles deberá estar en estado de pureza ritual, de
pie en dirección a la Meca, y efectuar la llamada con las manos
sobre los oídos, girándose de derecha a izquierda. Pero,
en cualquier caso, la única condición indispensable es la
articulación correcta de las frases que componen la llamada
ritual, de forma que sean perfectamente comprensibles para la totalidad
de los fieles que puedan escucharla.
El sufí Ibn ‘Arabí advierte sobre el hecho de que,
en su conjunto, las frases que componen el adhán son
todas ellas, exceptuando las propiamente “de llamada”
(“acudid a la plegaria, acudid a la Dicha”),
fórmulas de dhikr (lit. “recuerdo” de Dios,
mediante la repetición de frases o nombres sagrados). Así
pues, además de una convocatoria dirigida a la comunidad de los
creyentes para que cumplan con sus deberes rituales hacia su
Señor, se trata de una “llamada de atención”
que, cinco veces al día, irrumpirá vibrante en el estado
de negligencia, de distracción y de olvido de la presencia de
Dios en que se encuentra el común de los hombres, para
recordarles que “Dios es más grande” que cualquier
actividad, ocupación o pensamiento en el que se encuentren
sumergidos en ese momento, por muy importante que parezca. En
definitiva, una llamada al alma, prisionera en este mundo, un recuerdo
de su Origen y de su lugar de Retorno, “lugar” al que el
creyente “ascenderá” mediante el rito de la salát,
la plegaria ritual, que es, según las palabras del Enviado,
“el mi‘rách (la
“ascensión”) del creyente”.
Andrés R. Guijarro