Rosa das Rosas / Psalterium, Gruppo vocale e strumentale
Canti francesi e spagnoli del XIII-XVI
"En la música, en el panorama de la naturaleza, en el sueño nocturno (como escribe en su Canto Notturno... Leopardi),
el hombre rinde homenaje a otra cosa, otra cosa de la que espera todo:
lo espera. Su entusiasmo se produce por algo que la música, o todo lo
hermoso que existe en el mundo, ha despertado dentro de sí. Cuando el
hombre lo "pre-siente", de inmediato inclina su alma a la espera de esa
otra cosa: aún delante de lo que puede entender, espera otra cosa,
entiende lo que puede entender, pero espera otra cosa."
Luigi Giussani
Introducción
Persuadidos por el Redentor
La
a letra y la música de estos cantos son una invitación a dejarnos
invadir por la sencillez, ese sentimiento humano, tan puro y original
que enseguida se deja persuadir por su Redentor. Nada es tan fuerte como
esta sencillez y verdad, ninguna actitud de riqueza, genialidad,
paciencia extrovertida o camino común pueden igualarla.
Una tradición que vive
¿Qué
tienen en común el canto de los peregrinos con la música culta a
caballo entre el Medievo y el Renacimiento, o las melodías nostálgicas
de los sefarditas con la producción casi académica de las Piae cantiones?
El valor de la tradición. La intención de esta recopilación es
documentar la belleza y la multitud de facetas del canto cristiano, a
través de las distintas manifestaciones en las que se expresó
principalmente dentro de una amplia zona de países mediterráneos, entre
Galicia e Italia, recorriendo cerca de cinco siglos.
Guía para la audición
Rosa das rosas
Ma vïele
Spirto Gentil 28
2003
1. Ma vïele [3:15]
2. Chanson de mai [2:16]
Cantigas de Santa María
3. Cantiga 353: Quem a omagen da Virgen [5:04]
CSM 353
4. Cantiga 10: Rosa das rosas [3:17]
CSM 10
5. Cantiga 384: A que por muy gran fremosura [5:13]
CSM 384
Llibre Vermell de Montserrat
6. Polorum Regina [3:03]
LV 7
7. Stella Splendens [4:27]
LV 2
8. Imperaytriz de la ciutat joyosa [4:21]
LV 9
9. Cuncti simus concanentes [2:55]
LV 6
10. Salve Virgo regia [2:25]
Piae Cantiones
11. Personent hodie [2:08]
12. Verbum caro factum est [3:05]
13. Gaudete [1:29]
14. Tempus adest floridum [1:50]
15. Angel beneit [1:42]
16. A quien debo yo llamar [3:24]
17. Una sañosa porfía [6:16]
18. Yo m'enamori [3:53]
19. Danza judía [3:10]
20. Belle qui tiens ma vie [3:25]
℗ e © 2003 Cooperativa Editoriale Nuovo Mondo
Distribuzione esclusiva: Universal Music Italia s.r.l.
Il marchio SPIRTO GENTIL®
è di proprietà della Cooperativa Editoriale Nuovo Mondo, Milano.
© 2003, Fraternità di Comunione e Liberazione, per i testi di mons. Luigi Giussani.
© 2003, Cooperativa Editoriale Nuovo Mondo,
per i testi di Liliana Gregori, Juan Miguel Prim, Paulino Carrascosa, Rafael Andreo.
Traduzione in inglese: Patrick Stevenson.
Traduzione in spagnolo: Belén de la Vega.
Traduzioni in italiano: Sandro Chierici.
Produzione del master originale: Toni Parera Fons.
General Editor: Pier Paolo Bellini.
Coordinamento redazionale: Ultreya srl, Milano.
Grafica: G&C srl, Milano.
In copertina Llibre Vermell,
L'abate scrive ai monaci della Confraternitą della Madonna di Montserrat
(Archivio S.A. / Corbis)
"Spirto
Gentil" es una nueva propuesta de escuchar música, no sólo porque
aspira a un repertorio hoy totalmente olvidado o apreciado por pocos
"expertos", sino también y sobre todo porque nuevo es el fin por el que
se edita esta colección. No se trata de ofrecer un enésimo análisis
estético o estilístico, sino de descubrir de nuevo el fundamento de todo
intento estético. La colección se sitúa por eso dentro de la gran
tradición católica que, en el arco de veinte siglos, gracias a su
constante vocación ecuménica, ha sido capaz de valorar las expresiones
más sinceras de la experiencia humana, cualquiera que fuera la cultura
de origen. No está fuera de lugar, por tanto, para comprender el
espíritu original de esta colección, pensar de nuevo en la
extraordinaria actividad de los amanuenses medievales o en la más
reciente de grandes personalidades como Giovanni Colombo o Charles
Moeller. Su obra nace de una antigua certeza: Unum loquuntur omnia (toda la realidad proclama una sola cosa).
Nota de edición
La
idea de dar vida a una nueva iniciativa discográfica (entre las
numerosas ya existentes) viene de la necesidad, expresada por muchos, de
hallar una "introducción a la música" que no sea de tipo exclusivamente
analítico; en efecto, dicho método, hoy en día muy común, a menudo
corre el riesgo de olvidar el "superávit" de la experiencia artística,
es decir esa sorpresa imprevista que puede suscitarse al escuchar una
pieza musical que esté atravesada por el sentido último de la existencia
y de la historia. La ayuda, en esta fascinante tentativa, nos la ofrece
el encuentro con una personalidad, como Monseñor Luigi Giussani, que
representa un claro ejemplo cristiano de relación con lo real.
Luigi Giussani
Y sin
embargo tardamos en comprenderlo porque vivimos ajenos a lo verdadero y a
lo original, estamos lejos de nuestra humanidad original. Nos cuesta
identificamos con la mentalidad cristiana que originó estos cantos, pues
hemos extraviado los caminos que llevan a ellos. Por eso es preciso
recuperar el sentimiento de lo humano que define los juicios del
cristiano. El hombre inteligente y lleno de afecto, el hombre que
realiza su humanidad, es aquel que se levanta por la mañana y plasma con
su trabajo el tiempo, el espacio, la jornada, las relaciones con las
personas y las cosas, movido por la conciencia de su destino, animado
por lo último, por su fin. El discernimiento y la conciencia ensanchan
las dimensiones del "ser" y de la belleza. Tomar conciencia del ser nos
desvela el horizonte de la verdad y de la belleza del mundo que es
Cristo.
Estos cantos hacen resonar la conciencia de que la gloria
de Dios es el contenido del tiempo. El contenido del tiempo es el Reino
de Dios. Estos cantos brotaron de personas partícipes de la gloria de
Dios que ya está presente en el tiempo y le otorga sentido. De la misma
manera, también hoy el Reino de Dios empieza mediante nuestra entrega.
La
conversión es dejar de mirarse a uno mismo y fijar la mirada en Cristo
Jesús. Todo el significado de la historia está en este paso continuo —
porque se trata de un pasaje continuo —, pues si la piedra no tiende
hacia la clave del arco, se vuelve sobre sí misma, es decir, se cae. El
significado de nuestra historia es esta conversión: apoyarse en Cristo
en el lugar de apoyarse en uno mismo. La conversión no consiste en el
grado de coherencia. Esto barre cualquier concepto banal de moralidad,
poniendo de manifiesto su raíz misma: tender hacia Cristo, mirar a
Cristo, mirar a Aquel que viene y no a uno mismo. Hay dos síntomas que
lo identifican. El primero es la certeza: quien tiende a Aquel que viene
está cierto, pues su presente está ya movido por Jesús que viene. Y el
que viene ya nos vino por Maria: Salve Virgo regia
es un himno a la Virgen, la primera sierva de Dios, la persona que
más sirvió al designio del mundo, la más
útil.
El
segundo signo es la alegría. El florecimiento supremo de la alegría, la
leticia y la paz es la gratitud. "¡Gaude! ¡Gaude!" dice el color del
aire, la transparencia de la atmósfera, la luz en el horizonte de ese
lugar donde la amistad y la paz entre personas y cosas creadas son
restituidas a su esplendor y a su valor.
Liliana Gregori
Con el
hallazgo en Compostela de la tumba del apóstol Santiago, a finales del
siglo VIII, comienza en España el renacimiento cristiano después de la
dominación musulmana. Los reinos del norte eran los únicos que habían
resistido a la invasión, y uno de ellos, Galicia, sería testigo de una
de las mayores manifestaciones populares de la cristiandad: el camino de
Santiago. Desde todos los rincones de Europa los cristianos emprendían
el viaje en dirección a Compostela, recorriendo y consolidando las que
pasarían a ser las vías más conocidas del occidente cristiano: el Camino
del mar, el Camino portugués, el Camino de Cataluña y sobre todo el
Camino francés, llamado así por los habitantes de los reinos
peninsulares. Otra meta de peregrinación muy venerada en España será el
santuario de Montserrat. Del Liber Sancti Jacobi o Codex Calixtinus (llamado así porque su redacción se atribuye al Papa Calixto II, en el siglo XII) y del Llibre Vermell,
el manuscrito del siglo XIV encontrado en el monasterio de Santa María
de Montserrat, proceden los testimonios más significativos de la
liturgia y de las ceremonias que tenían lugar durante estas
peregrinaciones.
En los textos compuestos y musicados para las
ocasiones festivas se perciben, mezclados de distintas formas, muchos
elementos de la cultura cristiana de aquellos siglos, con una
preponderancia del carácter popular, espontáneo, de las canciones y las
danzas. También se puede observar en ellos la variedad de lenguas: se
pasa del latín a la lengua vernácula (la lengua del pueblo) sin solución
de continuidad. En algunos casos en la misma canción se da una
alternancia de ambas por versos o por estrofas. Destaca también la
maravillosa presencia simultanea de motivos judíos, árabes y cristianos y
la convivencia de lo sagrado y lo profano, de tradición y de
innovación. El cansancio del viaje, el encuentro con extranjeros en las
hospederías a lo largo del camino, el compartir la comida, el descanso,
la oración y el deseo de ver, oír y tocar con la mano el objeto de la
propia fe constituyen el ambiente de estas composiciones musicales.
Alfonso
X el Sabio fue coronado rey en 1252, y organizó en torno a sí una corte
de gran prestigio: con sus colaboradores trató de hacer accesibles para
los cristianos los tesoros de la cultura islámica, desde la literatura a
la ciencia, desde la astronomía a la historia. Su colección poética,
las Cantigas de Santa María, nos habla de milagros, de historias
cotidianas que la Virgen María, intercediendo con su favor, convirtió en
épica cristiana. Una colección de milagros concebida para ser cantada y
de la cual, afortunadamente, nos han llegado los textos, la música y
unas magníficas miniaturas, muy útiles para identificar los instrumentos
que acompañaban a estos cantos. Entre los músicos de la corte de
Alfonso X había también judíos y árabes. La métrica de las Cantigas, la estructura y la melodía presentan profundas influencias orientales. Las preces
mozárabes y la música sefardita están vistosamente
presentes en la lírica española de este periodo.
Los sefarditas — los judíos afincados en la
península ibérica desde los primeros siglos de la era
cristiana (Sefarad
significa España en hebreo) — eran comunidades numerosas, que crecieron
sobre todo después del 711, fecha en la que los árabes invadieron
Andalucía. Musicólogos e historiadores han subrayado el extraordinario
impulso de la cultura musical española ofrecido por los judíos y los
árabes que convivían en sus tierras: desde el siglo X al XIV no había
ciudad andaluza en la que no se interpretaran cantos y bailes sobre
melodías arábigo-españolas. Los sefarditas mantuvieron una fuerte
identidad de pueblo, expresada en el repertorio musical compuesto de
romances, canciones y melodías fielmente conservadas durante cinco
siglos sólo a través de la tradición oral, signo evidente de pertenencia
a la memoria viva de un pueblo. Las canciones populares en ladino
— término que indica la lengua judeo-española de los sefarditas — eran
interpretadas por mujeres y niños como pasatiempo (muchas son nanas) o
para acompañar las tareas domésticas femeninas, como cocinar o hacer la
colada. La producción no cesó ni siquiera en 1492, cuando los judíos
fueron expulsados de España y obligados a una nueva diáspora. Se
transmitió y acrecentó de generación en generación y se interpreta aun
hoy en muchas comunidades judías.
La música andaluza extendió su
influencia por otra zona de la Europa medieval: en Aquitania, desde el
siglo X, surgió un centro original de creación artística que llevó a la
redacción de los más antiguos manuscritos de tropos. El tropo, del que
deriva la palabra trovador, sinónimo de artista, es una forma
musical propia del canto litúrgico cristiano de la Edad Media, que
influyó mucho en la música profana. El trovador (que compone en lengua
de oc, provenzal) y el trovero (que utiliza el antiguo francés o lengua de oil) se distinguieron pronto de los juglares por ser autores de letras y música, y no sólo meros intérpretes.
Lo
que sabemos de los trovadores depende estrechamente de las fuentes que
nos han llegado: entre treinta y cuarenta cancioneros escritos entre los
siglos XIII y XV algunos de los cuales recogen la notación musical,
mientras que otros contienen únicamente recopilaciones poéticas. También
en este tipo de poesías destinadas al canto es de destacar la mezcla
entre textos latinos y textos en romance, a veces dentro de la misma
composición, y la alegre convivencia entre motivos sacros y profanos. En
los cantos a la Virgen, por ejemplo, los trovadores supieron introducir
los acentos más exquisitos de su mundo cortés llegando a realizar
composiciones de rara belleza, llenas de imágenes inéditas con respecto a
la devoción de su tiempo: en ellas María reina como la dama por
excelencia, exaltada en Su feminidad y gracia, además de venerada por Su
divina maternidad. El poeta se convierte en su vasallo.
La
Europa cristiana no conoció únicamente expresiones musicales de tipo
popular y en lengua vernácula. La Iglesia siempre estuvo atenta a
recalcar el valor educativo y no meramente estético del canto cristiano.
Durante todo el Medievo la lengua de la liturgia sera el latín, y los
textos de los cantos estarán constituidos por pasajes de la Sagrada
Escritura o de los Santos Padres. A pesar de que, desde el siglo IX, se
consintiera la predicación en lengua vulgar en las iglesias, dando lugar
a un florecimiento de poesías paralitúrgicas (por ejemplo las laudas
italianas), los cantos en lengua vernácula se reservarán únicamente para
determinadas ocasiones (procesiones, ceremonias de cofradías, etc.).
Un
ejemplo de canto latino interpretado en las ceremonias litúrgicas en el
Medievo nórdico (hasta el siglo XVI), procedente de la Finlandia
protestante, es sin duda el precioso repertorio de las Piae cantiones,
himnos recopilados con finalidad didáctica por el maestro de la
catedral de Turku (la latina Aboa) para sus propios alumnos, con la
intención de salvaguardar una tradición de siglos de música local que
estaba a punto de perderse. La antología tuvo un éxito extraordinario, y
los textos circularon también de forma individual, llevados por los
estudiantes finlandeses que iban a estudiar a las universidades de
Europa central.
En la tradición cristiana el canto ha
constituido siempre una forma privilegiada de narrar una experiencia,
por encima incluso de la expresividad. En esto precede a la música
instrumental porque subraya y sirve a la palabra, y no puede prescindir
de ella.
Juan Miguel Prim, Paulino Carrascosa, Rafael Andreo
Esta
canción de trovador canta a la Dama por excelencia, a la más Bella. La
voz contralto entona una sencilla melodía monódica imitando la dulzura
de la viola. ¿Qué instrumento puede ser más perfecto que la voz para
decir: Dulce Señora, por la sincera intención que tienes de
protegernos, pide sin demora que tu Hijo, oh Maria, tu dulce Hijo, nos
haga vivir a todos en la tierra de los vivos?
Chanson de mai
Resulta
sorprendente en esta pieza la combinación de dos textos, uno en latín y
otro en francés. El primero es un himno litúrgico matutino, que se
entrelaza con el texto en lengua vernácula. En la Edad Media era
sencillo interpretar el paso del invierno a la primavera, y de la noche a
la mañana, como el tránsito de la muerte a la vida, de las tinieblas a
la luz. La última estrella de la noche, el lucero del alba, es signo de
Cristo resucitado.
Cantiga 353: Quem a omagen da Virgen
Cantiga 10: Rosa das rosas
Cantiga 384: A que por muy gran fremosura
Dentro
del repertorio medieval se ofrecen tres cantigas de Alfonso X el Sabio,
interpretadas con un rico colorido — flautas, cromorno, zanfona, laúd,
fidula, cítola, salterio, percusión — y vocal; en ellas se da espacio al
adorno, a la improvisación y a la variación a través de una libertad
creativa que es propia de esta música, y que nos permite sentir su
frescura y capacidad expresiva en lo musical, en lo literario-poético y
en lo religioso. En la Cantiga 10, la voz de la contralto acompañada en
cada estrofa por el laúd y la fídula, nos llevan a una atmósfera mucho
más intimista. Esta es una de las cantigas de loor, es decir, de
alabanza a la Madre de Dios. Las otras dos, que narran milagros,
contrastan con la anterior por su vivacidad rítmica y variedad melódica.
Polorum Regina
Stella splendens
Imperaytriz de la ciutat joyosa
Cuncti simus concanentes
Cuatro piezas del Llibre Vermell
del Monasterio de Montserrat, nos abren la mirada a uno de los ejemplos
más bellos de canciones sacras no litúrgicas, en las que lo religioso
ensalza lo popular y lo dignifica con una elaboración poético-musical
muy cuidada. Sorprende en estas obras la evidente finalidad educativa:
por medio de sencillas melodías, que podían ser incluso bailadas, se
comunican hondas verdades de fe. Polorum Regina ensalza la virginidad perpetua de María. Stella Splendens
nos hace pensar en lo que significaron los peregrinaciones al
Monasterio de Montserrat, al que confluían personas de todos los
estamentos y clases sociales. Ricos y pobres, príncipes y mendigos
volvían de allí colmados de gracias. Imperaytriz de la ciutat joyosa
recuerda que la Reina de la ciudad gozosa intercede por sus hijos ante
el Rey celestial, quien quiso hacerse hombre por nuestra salvación sin
dejar de ser Dios. Cuncti simus
representa la alegría del pueblo cristiano que hace suyas las
palabras del ángel en la anunciación a María. Ave María, repite el pueblo casi litánicamente, con dulzura e insistencia.
Salve Virgo regia
Con
esta pieza hace su aparición en esta recopilación el canto polifónico.
Se trata de un canto a tres voces sin artificios, en lineas melódicas
paralelas que avanzan conjuntamente. Ha nacido entre las gentes Aquél que da la paz a todos. La interpretación intenta comunicar la misma experiencia de paz que las palabras resaltan.
Personent hodie
Verbum caro factum est
Gaudete
Tempus adest floridum
Personent hodie voces —resuenen hoy las voces— para cantar el misterio de la Navidad: Un niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado.
Los tres magos depositan ante el recién nacido sus regalos: oro,
incienso y mirra. la melodía repite tres veces algunas sílabas, como
queriendo resaltar esta triple ofrenda. En el siguiente canto, también
natalicio, se proclama el nacimiento en la carne del Verbo Eterno: la
Estrella, María, dio paso al Sol, Cristo. Gaudete —alegraos— porque el mundo se ha renovado: la voz humana expresa el asombro de la creación que contempla a Cristo victorioso: ¡Salud a nuestro Rey! En Tempus adest floridum,
el esplendor de la naturaleza en primavera muestra con belleza a Dios
creador. El progresivo incremento de voces, así como el cambio de
'tempo' tras la parte instrumental, evoca el renacer de la naturaleza:
la tierra se engalana y a nosotros nos conviene ser transformados. Un
sentimiento de alegría y vitalidad caracteriza todas estas piezas.
Angel Beneit
En esta brevísima pieza — parte de El Misterio de Adán y Eva—
la profundidad del texto nos llega a través de la dulzura de una
sencilla polifonía que encuentra en el recurso del estilo canónico una
gran fluidez y ligereza.
A quien debo yo llamar
A quien debo yo llamar
expresa con extrema delicadeza, a la par que rotundidad, la certeza de
saberse hijo con la que vive el cristiano. En esta versión tal aspecto
queda patente en la alternancia de las distintas voces, acompañadas por
variados timbres instrumentales. La profunda religiosidad de esta
composición alcanza su mayor intensidad en los últimos compases, en los
que las voces cantan "a capella", sostenidas tan sólo por el alma del
cantante.
Una sañosa porfía
Una sañosa porfía
evoca el final de la dominación musulmana en España tras varios siglos
de continuos litigios por toda la geografía ibérica. Se trata de una
pieza en la que la textura homofónica expresa el inexorable y poderoso
avance de las tropas cristianas en su Reconquista a los moros. Voces e
instrumentos se combinan relatando una historia real, marcada por el
dolor de los vencidos y la alegría de los cristianos, quienes avanzan
capitaneados por el apóstol Santiago.
Yo m'enamori
Danza judía
La canción Yo m'enamori
es una joya de la tradición musical y literaria del pueblo sefardí. La
música es parte esencial de la memoria viva de este pueblo, que ha
sabido transmitir de padres a hijos y durante cinco siglos — sin
necesidad de registros escritos —, canciones y recuerdos de su pasado en
España. Esta canción habla del deseo del corazón de un amor verdadero,
sin engaño. La Danza judía nos atrapa en su sencilla y atractiva
melodía, dejando al mismo tiempo en nosotros un poso de esa nostalgia
que acompaña siempre la música del pueblo de Israel.
Belle qui tiens ma vie
Concluye
la grabación con una Pavana, baile cortesano que tuvo su apogeo en el
siglo XVI. Imaginemos el inicio de un gran baile palaciego al son de
esta bella melodía. Pasarán mil cosas antes de que te deje de querer, dice el texto de esta conocida canción.
Psalterium
El conjunto vocal e instrumental Psalterium
nació en 1985 en Madrid de la amistad de un grupo de intérpretes
interesados por la música antigua, tanto de la Edad Media como del
Renacimiento, al igual que por la música tradicional o popular. El
grupo, que actualmente cuenta con doce miembros, utiliza reproducciones
fieles de instrumentos antiguos, reconstruidos artesanalmente a partir
de las fuentes iconográficas de la época.
Lo que anima a Psalterium
en la interpretación musical es la intención de recorrer de nuevo la
experiencia original de la que nacieron esas piezas. De esta forma es
posible hacer "nuevas" canciones escritas hace cientos de años e
interpretadas mil veces, aparentemente extrañas a la sensibilidad del
hombre del siglo XXI, y que se convierten en objeto de novedad y de
atracción.
El grupo ha dado numerosos conciertos en España y en el extranjero, y ha grabado tres CDs: Psalterium, Gaudete y Vox nostra resonet.
Psalterium ha tenido distintas formaciones a través de su historia.
Estos son la miembros del grupo que han participado en la grabación de
las canciones que forman parte de este CD.
Rafael Andreo, director, laúd renacentista, cítola y vihuela
Pedro Barranco, tenor, ud y saz
Maria José Berrazueta, fidulas y viola da gamba
Javier Bonito, barítono
Marisa de la Calle, mezzo-soprano y zanfona
Francisco Campillo, flautas y cromorno
Jorge Iglesias de Ussel, bajo, darabuka, tambor, pandero y pandereta
Paloma Martínez, soprano y castañuelas
Hilda Pérez-Lozao, salterio, flautas y cromorno
Manoli Ramírez de Arellano, soprano
Alberto Serrano, tenor
Paulino Carrascosa, director y bajo
Elisabet Ledesma, cromorno y flautas
Juan Miguel Prim, fidula, zanfona y bajo
Ana Ledesma, zanfona, salterio y flautas
Begoña Díaz de Angulo, violín
Carmen Carpio, soprano
Marta Gómez, contralto
Juan de Haro, tenor
Cristina Pérez-Lozao, violonchelo
Gonzalo Santamaría, percusión y bajo