medieval.org
Enigma VAR 1020, 1977
Hispavox S 90.105, 1979
[ A ]
1. APERTURA. EN LA PLAZA DEL MERCADO
a) Estampida inglesa (anon., s. XIII) [2:02]
b) Adam de la HALLE. Robin et Marion ¿1275?, selección:
I. «Robin m'aime» [2:00]
V. «Bergeronette sui» / IX. «Bergeronete» / X. «Robin par l'ame ten père» [1:31]
I. «Robin m'aime» [1:07]
2. PARTIDA DE RICARDO HACIA LAS CRUZADAS
Fanfarria [Sothcott, basada en una melodía trovadoresca] [1:17]
3. ENCARCELAMIENTO
a) RICARDO I. «Ja nuns hons pris» (1192) [4:34]
b) Lamento de Tristán, (Italia, s. XIV):
Lamento [1:51]
Rotta [1:03]
4. INTERLUDIO
a) Estampida a dos voces (s. XIII) [2:05]
b) «A la fontenella» (canción trovadoresca francesa, s. XIII) [3:05] CD #21
5. CONCLUSIÓN. RESCATE Y RESTITUCIÓN
a) Blondel de NESLE. «Quant je plus» (c.1170) [5:59]
b) «Redit aetas aurea» (entronización de Ricardo) [2:46]
[ B ]
6. SIR ROBIN EN LA CORTE
a) «The maid in the moon» (tradicional. s. XVII) [1:27]
b) William CORNISH. «Ah, Robin!» (1523) [2:13]
c) «Sally's fancy» / «The maiden's blush» (tradicional, publ. por Playford) [2:22]
d) «Bonny, sweet Robin» (tradicional, s. XVI) [3:12]
Thomas RAVENSCROFT. «Now Robin, lend to me thy bow» (1609) [2:12]
7. ROBIN PARTIÓ HACIA LOS VERDES BOSQUES
a) «Robin Hood and the tanner» (tradicional) [2:48] CD #22
b) «The parson's farewell» / «Goddesses» (tradicional, publ. por Playford) [1:16]
c) «The nutting girl» (danza morisca) [2:30]
d) «Stingo» (tradicional, s. XVII) [2:07]
e) «Shepherds hey» (danza morisca) [0:47]
f) «My Robin» (adaptación del s. XVII de Bonny Sweet Robin) [0:39]
g) «Greenwood» / «Dargason » (tradicional, publ. por Playford) [2:28]
referencias CD #xx: A Medieval Banquet
ST. GEORGE'S CANZONA
Director: JOHN SOTHCOTT
Cantantes:
Ray Attfield, Derek Harrison (contratenor) y Rosemary Harrison
Instrumentistas:
Ray Attfield, percusión
Mike Gregory, atabales, percusión
Frank Grubb, campanas, violas bajo y barítono
John Grubb, cítola, guiterna, pandora, cítara, laúd
Derek Harrison, rebec tenor
John Lawes, flauta de pico, cromorno
Michael Oxenham, flauta de pico, cromorno, pequeña bombarda
John Sothcott, zanfona, cítola, flauta de pico, cromorno, pequeña bombarda
Leila Ward, caramillo, cromorno, flauta de pico
Realizaciones y adaptaciones musicales: John Sothcott
Programación y producción musical: Frank Grubb
Producido por John Boyden
Director gráfico: Peter Whiteside
Diseño: John Hill
Ilustración portada de «The Book of Archery»,
de George Agar Hansaid
«En
un campo cercano a Milton Ferry» —me confió Alison—«hay dos piedras que
marcan el lugar donde cayeron las flechas que Robin Hood y el pequeño
Juan dispararon desde la plaza del mercado de Huntingdon». Ante un
testimonio tan positivo, contado por una amiga que vive a un corto tiro
de flecha de Huntingdon (y que por lo tanto debe estar al corriente del
asunto), ¿cómo podría dudar que estos héroes populares hubieran sido
alguna vez de carne y hueso como yo? En un cierto sentido, el cuestionar
su propia existencia real supone el negar la expresión de un deseo de
libertad que creó incontables campeones nacionales ingleses como Owain
Glyndwr y Guillermo Tell [sic], ya que si bien algunos siguen siendo
figuras en sombras, otros por el contrario son hombres de indudable
existencia e indomable valor. Ejemplos como éstos son joyas necesarias
en la historia de cada nación, y la música y la poesía, al guardarlos
como reliquias, se convierten en vehículo básico para sus tradiciones.
Sir
Robin Hood, Conde de Huntingdon, es considerado generalmente como el
benefactor de los oprimidos durante el reinado de Ricardo I Corazón de
León. Hijo de Enrique II y de Leonor de Aquitania, Ricardo se convirtió
en 1189 en el segundo monarca Plantagenet de Inglaterra, pero pasó en
suelo inglés solamente seis meses de sus siguientes diez años de
reinado. En 1192 fue hecho prisionero en Austria por el Sacro Emperador
Romano y liberado dos años después previo pago de 100.000 marcos de.
plata, cuyo importe, según se dice, se procuró su hermano Juan varias
veces, para su provecho personal, de los bolsillos de los súbditos
sajones de Ricardo. Contra esta extorsión luchó sin cesar Robin, por lo
que, al regreso del Rey (que había sido mientras tanto localizado por su
fiel trovador Blondel), fue honrado con un lugar en la corte.
Con
el linaje francés de Ricardo, no es extraño que Robin y Marion
aparezcan como los personajes centrales en una especie de comedia
musical, escrita por Adam de la Halle (1230-1288) y presentada para la
diversión de la corte francesa en Nápoles, en 1275 o 1285. Adam de la
Halle, Blondel de Nesle, e incluso el propio Ricardo, fueron todos
troveros, poetas-músicos de prestigio, encuadrados en el norte de
Francia, en oposición a los trovadores, que eran provenzales. Su música,
al igual que una gran parte de otra primitiva música medieval, llega
hasta entonces escrita como una única línea melódica cuyos esquemas
rítmicos pueden en ocasiones ser interpretados de varias maneras. Los
juglares, músicos que no tenían una ascendencia nobiliaria y que
frecuentemente acompañaban a sus superiores los troveros, en sus viajes y
en sus ejecuciones musicales, tocaban la zanfona, instrumento de cuerda
frotada cuya afinación producía un rico roncón grave, parecido al de
las gaitas. Esta característica, junto con los improvisados interludios y
algunas breves partes «discantes», ampliaban la sonoridad e interés de
las canciones monofónicas de sus maestros. También era utilizada como
instrumento de acompañamiento la cítola (instrumento de cuerdas
metálicas que se contraponía a la zanfona); los dos juntos enriquecían
de manera similar los solos instrumentales y los dúos de este período.
Tanto la zanfona como la cítola han sido revividos y reconstruidos por
el grupo St. George Canzona, y son ellos los que crean el colorido
básico de la mayor parte de la Cara A.
Una vez liberado de su
encarcelamiento, «Corazón de León» fue coronado por segunda vez y
nosotros tenemos la suerte de poseer todavía el texto del «conductus»
«Redit aetas aurea», escrito para ser cantado en la procesión de la
entronización de Ricardo: «La Edad de Oro trae la paz. Los hombres son
iguales una vez más y vuelve el Rey con alabanzas en sus oídos».
Uno
de los relatos de la vida de Robin Hood nos cuenta que éste terminó
hastiado de la vida en la corte, volviendo finalmente a Greenwood donde
se encontraba como en su hogar; esto es lo que refleja la Cara B de la
presente grabación.
Lógicamente, una gran parte del material de
Robin Hood es de origen rural y pertenece a la tradición oral. Ese
roncón del que hablábamos antes es algo muy común tanto en la música
medieval como en la folklórica, y así nos lo revela el empleo aún en
nuestros días de gaitas y zanfonas, dos instrumentos igualmente
populares en tiempos pretéritos. Debido a ello St. George Canzona (que
tiene un especial interés en estas técnicas basadas en el roncón de
gaita) ha acogido con los brazos abiertos la música folklórica, que
interpreta con sus propios instrumentos y en sus propios términos. Al
hacerlo así, está revitalizando las tradiciones de los
juglares/trovadores, recalcando la continuidad e integridad de la música
europea desde, al menos, el siglo XII hasta nuestros días. Al no estar
ya encallada en el tiempo, la música antigua es capaz de asumir su
auténtica relevancia para los públicos del siglo XX.
Frank Grubb