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Pneuma «Grabaciones históricas» PN-620
publicado en 2005
01 - Saqání man hawít jamra · Quien
amo me sirvió vino [3:03]
Al-ála, Btáyhí raml l-máya
02 - Bent bládí · La niña del
pueblo [9:13]
Canción popular
03 - Yá ‘ayaban ‘lásh má
tlúmní · Qué extraño que no
me reproches [8:47]
Malhún
04 - [10:56]
Lá tahsibú na' yakum 'anná yuygayyiruná
· No pienses que la lejanía me va a afectar
Muwwál, hiyáz al-kabír
Me siento extraño
Popular, modo râsî l-gríb
05 - Shem'a · La vela
[16:27]
Malhún
06 - Lá tahsibú na' yakum 'anná
yuygayyiruná · No pienses que la lejanía
me va a afectar [5:20]
Muwwál, hiyáz al-kabír
07 - Hayyi rasm l-hbáb · Saluda a los amados
[3:49]
Brwála hijáz al-kabír
08 - L-hbíba w yrrahtíní · Mi
amada, me has herido [3:02]
Canción popular
09 - Min suhayba barat yismi / gazálun samá
bi-l-bahá · Por tu colorcillo / Una gacela
[3:18]
Al-ála, Insiráf quddám hiyáz al-kabír
10 - Al-amána inna fuádí · Me
guardas un secreto [4:27]
Samá', al-hamziyya al-harráqiyya
Abdesadaq Cheqara (1931-1998)
1 Saqání man hawít jamra. Quien amo me
sirvió vino. Al-ála, Btáyhí raml
l-máya.
Esta obra pertenece al repertorio de la música andalusí (Al-Ala)
de Marruecos. Se trata del animoso movimiento final insiráf
btáyhí (allegro-vivace-presto) de la tercera fase de
la núba Raml l-Maya. En el Cancionero de al-Hayk
escrito hacia el año 1800, esta núba estaba
escrita sobre la nota RE y con poemas de carácter profano. Un
siglo después Abderrahman al-Fassi cambió los poemas
amorosos por panegíricos de alabanza al profeta Muhammad.
Actualmente en todo Marruecos se canta esta núba, de
ambiente mediterráneo y profunda expresividad, en
múltiples ocasiones, tanto en fiestas de boda y de
circuncisión, como en fiestas religiosas, tales como el
peregrinaje, el ramadán y la natividad del Profeta. El vino del
primer poema, hace referencia a una bebida celeste, recompensa de Dios
a los fieles en el paraíso.
2 Bent bládí. La niña del pueblo.
Canción popular.
Esta canción, famosa en todo Marruecos e incluso en algún
país vecino como Argelia, corona el maridaje que se ha hecho
entre la música andalusí de las dos orillas del mar
Mediterráneo. A menudo se ha interpretado intercalada con la
“La tarara”, popular canción hispana, desde que
así lo hiciera Cheqara junto al cantante flamenco Pepe Heredia.
Hoy la siguen cantando todos los grupos que intentan hacer
fusión entre lo andalusí y el flamenco. Su texto describe
la belleza de la mujer con un estilo muy coloquial propio del norte de
Marruecos y su ritmo incita al baile.
3 Yá ‘ayaban ‘lásh má
tlúmní. Qué extraño que no me
reproches. Malhún.
El genero Malhún, característico de los artesanos
de las grandes capitales de Marruecos como Meknes, Fez y Marrakech, es
un derivado de la música andalusí-magrebí, pero
con la singularidad de una rítmica propia y, sobre todo, con un
género poético de invención marroquí. Las
canciones en lengua dialectal (brwal, qsid), tratan en unos
casos sobre temas de amor, y en otros describen el proceso para
realizar una obra manual de artesanía, conteniendo agudas
críticas sociales. También existen temas religiosos,
conteniendo el Malhún actual composiciones que se basan
en la tradición, pero abiertas a la comteporaneidad. En la
región noroeste de Marruecos (Tánger, Tetuán y
Chefchauen) este género no ha tenido muchos seguidores, pero
algunos temerarios supieron dar a este tipo de canción un sabor
y un color musicalmente más atractivo, gracias al aporte de las
familias argelinas que vinieron a refugiarse a Tánger,
Tetuán, Rabat y Salé, cuando Francia invadió su
país en 1830. Este poema Yá ‘ayaban
‘lásh má tlúmní tiene como
característica el juego de integrar letras en los versos, que
cuando se juntan forman las sílabas ba y ha, resultando la
palabra hubb, que significa amor. Este juego demuestra el alto
nivel literario de la música popular. El ritmo denominado zendani
es también típico de nuestra región. Es un ritmo
cojo, impar en 5/4, no fácil de controlar para el canto, pero
que curiosamente nuestras madres y abuelas lo llevan “en la
sangre” y no encuentran ninguna dificultad en moverse dentro de
su esquema. Es de lamentar la pérdida de esta tradición a
causa de los movimientos degenerativos de la música fácil
que nos está rodeando impuesta por una aburrida y mediocre
globalización.
Los cortes 4, 6, 7 y 9 pertenecen a la núba Hijaz Kabir,
que significa literalmente el gran oriente. Basada en la nota RE,
contiene en su escala una segunda aumentada (MI bemol-FA sostenido), lo
que le da un sabor muy oriental que encontramos también en
alguna de las escalas del cante flamenco.
En los cortes 4, y 6, dos versiones de Lá tahsibú
na’yakum ‘anná yuygayyiruná (No
pienses que la lejanía me va a afectar), Muwwál,
modo hijáz al-kabír, se escucha la influencia del
los instrumentos occidentales con el sonido dominante y temperado del
piano. Cheqara era muy famoso como experto de la canción popular
con influencias andalusíes, traídas de su propia mano. En
la música Al-Ala era el segundo músico más
famoso dentro de la orquesta de su maestro Mohamed Ben Larbi Temsamani.
En esta pieza (corte 6) no toca el piano Temsamani sino ’Awfira,
una mujer que pertenecía a la orquesta del maestro Lukili de
Rabat. En esta grabación Cheqara intenta demostrar que puede
acercarse al maestro Temsamani, reconocido como el mayor virtuoso al
piano. También Cheqara en la voz solista, aparte de demostrar su
capacidad vocal, imita a Mulay Ahmed Lukili, que fue quien fijó
esta forma de cantar a solo dentro del repertorio Al-Ala, en lugar del
habitual canto coral.
La canción popular râsî l-grîb (Me
siento extraño), al final de la pieza número 4, forma
parte de un repertorio conocido bajo la denominación, alála
yllálí. Se trata de un cancionero común para
hombres y mujeres que puede ser acompañado de la danza. El
nombre de este género está tomado de la repetición
de sílabas con las que empieza cada canción, similar a
los tarareos de las núbas que podemos también
encontrar en algunos palos del flamenco.
El corte 9 Min suhayba barat yismí / gazálun
samá bi-l-bahá (Por tu colorcillo / Una gacela),
contiene el quddam Insiráf hiyáz al-kabír,
que se trata de la última parte del quinto movimiento de esta núba
en su fase más rápida.
5 Shem’a. La vela. Malhún.
La canción Shem’a del genero Malhún,
se hizo muy famosa con el grupo Jiljilala, que al igual que los
famosos Nas l-Giwan, vitalizó la tradición con el
espíritu y la influencia del movimiento pop de los años
setenta. Tanto el texto como la melodía, interpretados en esta
grabación por el genial maestro Cheqara, son típicos de
nuestra zona del norte y diferentes del resto de Marruecos. Esta pieza,
trasportada a la nota LA, da al modo raml l-maya dziriyya’
(modo raml l-maya argelino) un color y una ambiente diferentes
del original sobre la nota RE.
8 L-hbíba w yrrahtíní. Mi amada, me
has herido. Canción popular.
Según cuenta el propio Cheqara esta canción es la primera
que le abrió el camino al canto popular. En realidad, uno de los
investigadores, compositores y músicos más destacados de
Tetuán, Mhemmed Bennouna convenció a Cheqara para
estudiar en las montañas de noroeste el repertorio de los jbala,
habitantes de las montañas con sangre andalusí en sus
venas. Desde aquel entonces con su trabajo y esfuerzo logró
salvar parte de esta música. Pero con su bagaje de la
música religiosa de la zawya y la música de al-Ala,
logró crear una forma urbana de interpretar esta música
campesina.
Esta canción fue todo un éxito y le dio a conocer en todo
Marruecos como el máximo representante de este género
musical.
10 Al-amána inna fuádí. Samá’,
al-hamziyya al-harráqiyya. Me guardas un secreto.
Inshád, modo al-‘ushsháq.
Poca gente fuera de Tetuán y Tánger conoce a Cheqara como
maestro de la sama’, la ceremonia religiosa. Sin embargo,
fue gracias a su maestro de la sama’, el sheij de la Zawya
Harraqiyya de Tetuán sidi l-Gali al Harraq, el que se
iniciara en su carrera musical. Es conocida la relación entre el
canto, la danza y el movimiento sufí. Rumi dice “Hay
varios caminos para llegar a Dios, yo elegí el de la
música y la danza”. De esta relación nace una
cierta sacralización de la música que ha permitido la
presencia de los instrumentos musicales en las sedes de las
cofradías, cosa que no ocurre en las mezquitas. Hasta su
muerte Cheqara fue quien dirigía todos los viernes la
sesión de sama’ dentro de la Zawya Harraqiyya
de Tetuán, donde está enterrado junto a la tumba de su
otro maestro, Temsamani.
La Hamziyya es uno de los panegíricos más famosos
en todo el mundo árabe. Fue compuesta por Al-Busayri, autor
también de la Burda, otro panegírico tan famoso
como la Hamziyya.
La composición musical ha sido creada por la familia de
al-Harraq. Esta grabación se remonta a 1972, y fue tomada en la zawya
por el director en aquella época de la radio nacional de
Marruecos, Abdellatif Ahmed Khalis, que era discípulo de la rama
de la zawya Harraqiyya de Rabat. Esta música es propia
de esta zawya y no se interpreta así en el resto de
Marruecos.
OMAR METIOUI